Sin soltarla ni mostrar ninguna otra emoción más que esa inquietud ansiosa, caminó jalando suave la mano de Blaze. Quería irse de ahí. Lo aceptaba, ella le gustaba mucho y si tenía otra pequeña oportunidad de besarla, la tomaría.
Se levantó tras ella. Miruna estaba pensando en sugerir ir por helado, pero ir a casa de Blaze siempre era una mejor opción. Estarían solas, ¿será que podrían volver a besarse? De sólo pensarlo se sonroja fuerte.
¿Que más opciones habían? Blaze deseaba a Miruna... Vaya pensamientos... Quería seguir besándola, quería ... Más. La albina se levantó del asiento con los objetos que iban a la basura.
— Sabes que mi casa está sola... Podemos ir allí...
Había Sido muy directa, no se dió cuenta hasta que se sonrojo al darse cuenta.
¿Tanto se habían besado? Resultó muy poco para lo que Miruna deseaba. Miró a Blaze muy sonrojada, tratando de procesar el momento. Todavía podía sentir esa esencia dulce sobre su boca; esa chica besaba muy bien.
— Era un final predecible... n-no pasa nada. Aunque lo siento, fue mi culpa que te perdieras el final...
Los créditos iluminaban esa pantalla oscura y alrededor, las personas comenzaban a ponerse de pie para dejar la sala.
Pero la castaña seguía quieta, mirando el envase de palomitas vacío sobre sus muslos. Tomó aire, y sin mirar a su compañera por la vergüenza le habló.
Su mano posada en aquella mejilla era cuidadosa, seguía correspondiendo los besos contrarios. Sentía que no podía detenerse, un poco más... Solo un poco más. El resonar de ambas bocas al tener contacto se escuchaban de forma suave y sutil. Sentía calor, el pecho cubierto de calor y estaba latente, más vivo que nunca.
Los besos de Miruna eran suaves, que boca más besable, coqueta y lo hacía con cuidado como si ambas no quisieran arruinarlo. El último beso al separarse hizo que Blaze se quedará con un gran sonrojo en su rostro que por la oscuridad no sería notorio. No sabía que hacer. Entonces se acercó dejando un beso a la mejilla de Miruna. La película había terminado justamente, y los créditos empezaron aparecer.
— Creo... Creo que no vimos el final ... Lo siento.
Comenta tímida y con esa voz femenina gruesa baja, no quita su mirada de Miruna, quería nuevamente besarla pero pensó que el momento había acabado por los momentos.
Fue inesperado que Blaze quisiera corresponder y no sólo eso, sus intenciones al besar eran mucho más directas. Los labios de la castaña parecían estar recibiendo caricias de la boca ajena, tan suaves y marcados eran sus movimientos, que Miruna no quiso detenerse. Apoyó su mano en el posa brazos y ladeo el rostro buscando que ese beso durase más.
Todo había Sido tan rápido y fugaz, lo había detestado, no por el beso, si no por la duración, Blaze se quedó petrificada de buena manera, miro a Miruna que estaba riendo y sonriendo bajo, era la afirmación que tanto deseaba. "¡Blaze no seas idiota, besala!".
— Es mejor aprovechar...
Musita en respuesta a lo que dijo la contraria, la tomo del rostro acercando sus labios para brindar un beso más pronunciado, sencillo pero cargado de esas ganas mutuas, de esos besos que quitaban el aliento al ser esperado. Al inicio no se movía con sus labios, el beso solo duró un poco más, luego fue relajando su cuerpo para ladear más ese rostro y besarle con esas técnicas de besos que veía en televisión y en las películas. Blaze contenia la respiración, no se esperaba todo eso pero estaba feliz por primera vez en su vida.
Respondió todavía más bajo, conteniendo las ganas de reír a causa de los quejosos. Sus ojos le estaban buscando al girar el rostro y la ve, a su boca muy cerca. Otra tentación que la confundía bastante pero habían oportunidades que no volvían a repetirse; eso decía su profesora de Literatura.
La chica fue sutil y rápida al dejar un beso en esos labios suaves que hace tiempo parecían invitar a la unión. Miruna, tímida pero risueña volvió a susurrar.
— Lo compré mientras estabas distraída en la fila ¿Te gusta? No sé de tus gustos en chocolates
Menciona y de pronto se escuchó un "shhhh!" Alguien las había mandado a silenciar. Blaze frunció su ceño leve, se acerco a Miruna para hablarle más bajo.
— Se ponen gruñones...
Comento por lo bajo de mal humor. Sin darse cuenta estaba cerca de los labios de Miruna, si ella volteaba un poco más, ambas bocas estarían frente a frente.
