« Back to Album · Next »
This page is a permanent link to the comment below. See all comments »
KagomeHigurashi1566345 · 18-21, F
«¡Sōta, dile al abuelo que ni se le ocurra decir que he contraído un raro caso de Ictosis! ¡Ugh, en serio! ¡¿Hasta dónde piensa llegar?!» La corta risita y la posterior afirmación de su pequeño hermano fue lo último que sus sentidos lograron captar antes de que el resplandor envolvente del pozo borrara su presencia de aquella época; ojalá su abuelo hallara una excusa mejor para cubrir sus largas ausencias académicas...
El cantar de las aves siempre era la primer señal para saber que se hallaba en el Sengoku. El aire era más puro y el sol más resplandeciente. Sin embargo, al levantar su mirada al cielo, lo que halló al otro lado no fue azul, sino dorado: su mirada golpeó directamente contra los dorados ojos de InuYasha.
—¿InuYasha? —su voz sonó, aunque dulce, ligeramente afectada por la confusión—¿Estabas esperándome?
El cantar de las aves siempre era la primer señal para saber que se hallaba en el Sengoku. El aire era más puro y el sol más resplandeciente. Sin embargo, al levantar su mirada al cielo, lo que halló al otro lado no fue azul, sino dorado: su mirada golpeó directamente contra los dorados ojos de InuYasha.
—¿InuYasha? —su voz sonó, aunque dulce, ligeramente afectada por la confusión—¿Estabas esperándome?
Add a comment...