"Tontos y demonios". Sí, Martina no tenía realmente la mejor suerte en asuntos del corazón (o de atracción a primera vista, siendo más exactos). Recordaba aquellos degradantes acontecimientos de la princesa y quizá, precisamente, aquel duro ejemplo la detenía de dar el paso que ella sugería: la pena, la humillación... No eran cosas con las que Rina podría lidiar tan fácilmente. Prefería mil veces enfrentarse a mazokus de gran escala o cualquier otra criatura de dudosas intenciones proveniente del plano astral, antes que hacerle frente a sus... sentimientos. La presión de Martina, sin embargo, había conseguido inquietarla lo suficiente como para llegar a plantearse la posibilidad: ¿Qué pasaría si...?
—¡No, es imposible! —más que una respuesta dirigida a Martina, ella parecía responderse a sí misma, a sus conflictos internos. Una mueca contrariada ocultó la pena apenas visible, como una fina capa de rubor, en sus mejillas— ¡Y tú no me amenaces, me oyes!