Un viento negro salió a torrentes de su varita, dirigiéndose hacia Bellatrix como si de un chorro potente de agua se tratase. No, ningún estudiante de su edad encontraría ese hechizo en los libros de clase, pero sí en las estanterías de la biblioteca privada de los Black, misma a la que había tenido acceso desde los cinco años.

Atacar a Bellatrix de manera directa y mortífera era ponerse una soga al cuello, pues ella seguramente estaba acostumbrada y sabría mejor que él los modos de protegerse de ello. Ya fuese que el viento negro la golpeara o no, había algo que sí haría: dispersarse y disminuir la visibilidad de su contrincante; dándole así una mayor probabilidad de un ataque más potente en el futuro.

Se remojó los labios, siendo testigo del calor que se empezaba a generar en la habitación e hizo una reverencia, tal como Orión le había enseñado desde niño, cuando las enseñanzas sobre duelos eran imperativas en la mansión justo antes de la hora de la comida. Sí, Regulus quizá no tenía ni la mitad de experiencia que todos sus mayores en batalla, pero no por ello significaba que no había sido instruido para estar listo de ser necesario. Mucho menos cuando Lord Voldemort había puesto su interés sobre él, para deleite de sus padres.

Imitó los movimientos de Bellatrix, dando unos pasos y luego encarandola nuevamente, para cuando estuvo en su posición decidió que contenerse sería inútil y mostrar lo que apenas les estaban enseñando, también. Soltó el aire que había estado conteniendo antes de agitar la varita y enunciar:

—Suplo.

[...]

Las palabras de Bellatrix eran filosas como cuchillos, no obstante, Regulus ya estaba acostumbrado a ellas pues había crecido bajo la tutela de sus primas y de su hermano; negó con la cabeza a la vez que alzaba las cejas levemente y, después, se irguió para dejar que la mayor terminará de hablar, dejando ir la idea de contraatacarle las ofensas, era perder el tiempo cuando no estaban ahí para eso.

El fuego se extendió y las llamas bailaron bajo la mirada del Slytherin quien, por supuesto, no esperaba menos que un "matar o morir" por parte de ella. A veces encontraba en su prima un parecido increíble en Walburga, cosa que explicaba el desprecio que Sirius le profesaba y el leve sentimiento de complacencia que el menor tenía para con ella. [...]

Se dio media vuelta, se alejó, quedando a unos cuantos pasos de Reg para tomar su posición de duelista.

— Te daré la oportunidad de empezar, quiero ver que te han enseñado. —

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— Primera lección de esta noche, quien cruce este circulo de fuego oscuro morirá al instante, así que mas te vale que no te eches para atrás porque este no se desvanecerá hasta que el duelo haya terminado. Ahora, espero que te hayan enseñado los modales antes de un duelo, no querremos decepcionar a nuestro profesor de DADA, siempre debemos mostrar lo educados que son los estudiantes de Slytherin, especialmente nosotros siendo de la casa Black así que tu reverencia. — dijo con tono de burla, haciendo una reverencia al estilo de la “realeza”. [...]

— Es una tristeza y decepción escuchar esas palabras, Reg. Un verdadero guerrero jamás le temería a tener cicatrices y cortadas en su rostro. Si tanto temes que te digan algo por eso, entonces te invito a que te retires y vayas con las otras chicas tontas de Slytherin que se preocupan por su aspecto físico. Pero basta de tonterías, el que regreses a la sala común ileso dependerá de ti, y no de mí. — apuntó su varita a la derecha de ambos. — Protego diabólica — pronunció y un anillo de fuego apareció al alrededor de los Black. [...]

Regulus por fín había llegado, justamente a la hora acordada. Bellatrix se encontraba de espaldas, escuchó las palabras de su primo con atención, y acto seguido comenzó a reírse para ella misma. Definitivamente la sorpresa que le tenía preparada a su primo jamás la olvidaría. Volteó a ver a Regulus, caminando hacia él y se detuvo a unos pasos de este. [...]

Esa noche, Bellatrix había acordado con su primo menor en ir a las mazmorras abandonadas para poder poner en práctica sus conocimientos. La pelinegra se adelantó a la hora acordado para poder preparar el lugar para el duelo con su primo y a la vez, enseñarle un poco más sobre las artes oscuras. Sacó su varita, apuntando a la mazmorra y comenzó a pronunciar los hechizos en su mente.[i] Fianto duri, Repello inimicum, Protego Totalum.[/i] Un manto de magia se extendió sobre la mazmorra, de esta manera evitarían que los sonidos de los hechizos se escucharan en todo el castillo y por consecuencia, ser descubiertos. [...]

No solamente era una bruja excepcional en el duelo, sino que también se escuchaban rumores de que dicha bruja sabía sobre las Artes Oscuras, y así era. Durante las noches, la bruja aprovechaba para escabullirse a la sección prohibida y leer dichos libros. Incluso, la bruja ya dominaba la magia no verbal. Realizar hechizos no verbales es muy difícil y requiere bastante práctica, ya que requiere disciplina y concentración mental. [...]

Bellatrix Black; una mujer fuerte, intimidante y poderosa. La mayoría piensa que está loca y podrida por dentro; incluso a sus hermanas les da un poco de miedo. Desquiciada para muchos, sin corazón para otros. Su mente trabaja a mil por hora, es difícil engañarla ya que es muy astuta y perspicaz. En Hogwarts, el primer aviso que le daban a los alumnos de primer año era que no se acercaran a la miembro mayor de la casa Black. No era la mejor en varias materias, solamente podía destacarse en pociones, pero algo de lo que muchos no tenían duda alguna, era que es la mejor duelista de la casa Slytherin y probablemente, de todo Hogwarts. Bellatrix obviamente era parte del club de duelo en Hogwarts, pero nadie quería enfrentarse a ella; y los pocos que habían accedido a enfrentarse a ella, habían terminado en sus respectivas habitaciones recuperándose por varias semanas o en la enfermería. [...]