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Los vientos del este les golpeaban la cara, cualquiera sabría que en el Atlántico iba a haber un nuevo huracán destrozando navíos, “The Harbinger” no iba a ser la excepción, si caía en manos del mar y la lluvia los haría pedazos sin dudas. En cambio, de anclarse en algún puerto seguro serían capaces de sobrevivir.

Los primeros vestigios de lluvia les habían caído, apenas unas gotas frías que a más de uno le servían de ducha. Lo difícil era que no estaban cerca de un puerto seguro y a lo mucho que podrían avanzar era a “Farnes” una cantidad de islas que a veces se reducía por el alto de la
 
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User1572473 · 31-35, M
[...] Que Robert se acercó más. Todos la veían horrendo, y la mirada de Ritch y Hawk no era algo que pudiera definir en ese momento. – ¡Dedos! Trae dos cuencos de leche de amapola. – no bebería en ese momento, necesitaba hablar con Ritcher y saber qué harían con <<ella>> la sirena sin nombre, ni siquiera aseguraba que les entendiera. Dedos fue veloz y volvió con los dos cuencos. Le dió uno a la criatura y uno para él mismo, el dolor de cabeza lo mataba.
 
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