Dejó escapar una pequeña risa, fría a la vez qué entrecerró sus párpados.

— Lamentó decirte qué está carne será comida pará mis perros. Es un montón de mierda y lameculos a jefes de poder que hoy en día está en nuestra sociedad. Sólo cumplo mí labor y me encargaré de desgarrarlo parte por parte.

Ya fue en ése entonces qué se levantó, tomó al sujeto de la camisa y lo arrojó contra él baúl de su auto estampandolo contra varios desechos metálicos y provocando lesiones severas en su contrario.

— Trabajo es trabajo, quizás lo encuentres en pedazos en estos días o en comida para perros. No se echará a perder nada de esta escoria.

Sin pensarlo 2 veces cerró él baúl antes de que él torturado comenzará a gritar nuevamente. Lamió un poco de sus propias yemas degustando de aquél dulce elíxir de color carmín para así reposarse sobre su auto y sacando un cigarro cuál encendió y empezó a dar algunas cuántas caladas.

— Qué día el de hoy, che.

Con un ademán de mano intentaba resumir la historia.
— Lo que vayas a hacer con él o por qué está así, no me importa. Solo quiero su cuerpo cuando termines.

Le explicó sobándose la nuca, y con la mano libre saludaba amigable y sonriente al torturado. Sus nuevas variaban con los golpes que le daba a la víctima, sufría irónica con las heridas que veía.

— Uf, aunque si lo machacas tanto se va a echar a perder la carne.

— ¿Regalarte su cuerpo? ¿Piensas que esté pedazo de mierda tiene algo de valor? Estará irreconocible y descuartizado sí no me da la información necesaria...¡Será la comida pará mis perros! — Sin pensarlo 2 veces continúo con el labor y desquitar su ira volviendolo a golpear pará terminar dejándolo irreconocible dónde en su mente yacía la sádica idea de comenzar a cortarlo poco a poco. Sólo temas de negocios, nada más que eso. (?)

— Si lo vas a matar, regalame su cuerpo. — comentó al caminar junto a él con un cigarrillo entre los dedos. Lo triste es que a pesar de la sangre y los golpes, el moribundo se veía lindo. (?)