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31-35, M
Fʀᴏᴍ ᴀ ᴍɪssɪɴɢ ʜᴀɴᴅ ᴛᴏ ᴀ ʙʀᴏᴋᴇɴ ʜᴇᴀʀᴛ, ᴛʜᴇʀᴇ's ɴᴏᴛʜɪɴɢ I ᴄᴀɴ'ᴛ ғɪx!
About Me
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[code]"¡Bienvenidos, damas y caballeros, al taller del humilde Mecánico! ¿La guerra le ha dejado sin pierna? ¿El marcapasos ya no funciona como antes? ¿Lagunas en la memoria? ¡Pasen, pasen! ¡Aquí forjaremos un remedio para sus males!"

El Mecánico. No se sabe su nombre real, si en verdad tiene la edad que dice tener, de dónde viene. Llegó un buen día a Geartown, con manos hábiles y una extraña espada colgada a la espalda, dispuesto a reparar todo lo que estuviera a su alcance. Pronto, su trabajo se hizo famoso por toda la ciudad y más allá, pues él lograba prácticamente milagros que nadie podía explicarse a totalidad. Sus creaciones parecen rebosar vida; su conocimiento del cuerpo humano y las prótesis que construye basadas en ello, son tan perfectas que cualquiera pensaría fueron trazadas y armadas sobre verdadero tejido vivo; los múltiples ingenios y artilugios que pueblan su pequeño taller, dan la impresión de ser auténticas máquinas sentientes. Pero nadie logró saber más de él, fuera de los pocos datos que se le pudieron arrancar a través de las copas: viene de tierras lejanas, escapando de un pasado para nada agradable, y su más grande ambición es perpetuar la vida a través de sus constructos. Nadie ha logrado indagar más allá de ello.

El Mecánico es un hombre alto y espigado que levanta 1.82 metros del suelo. De constitución delgada, sonrisa fácil, cabello castaño claro, infaltable cigarrillo en mano y vestimenta impecable (cuando no se encuentra metido hasta los codos en la grasa de los engranes y piezas), es una persona desenfadada, audaz y de lengua afilada si la ocasión lo requiere. De trato fácil y personalidad atrayente, se podría pensar que el Mecánico pasaría gran parte de su tiempo en los avatares de la sociedad; sin embargo, esa es una noción equivocada, pues su verdadera pasión está en las máquinas: pareciera que se entiende mejor con ellas, que con los seres humanos. Es reservado en lo respectivo a su vida personal, y a pesar de que su apostura parece atraer la atención de las damas, nunca ha manifestado interés por tener pareja alguna.

Su segundo amor es la magia. Es un practicante adepto, a pesar de que, al carecer de la aptitud natural para ello, sus esfuerzos disten mucho de compararse a los de auténticos hechiceros; su mayor logro al respecto ha sido imbuir sus invenciones con ella, aunque es un privilegio reservado para las que considera sus "mejores obras". Gracias a su maestría con las herramientas, su ingenio agudo y sus conocimientos arcanos, las piezas e inventos que produce son altamente reputados y cotizados en el mercado; mas esto no le hace dejar de lado su modestia, llegando incluso a trabajar sin remuneración para ayudar a gente de escasos recursos. Después de todo, con los ingresos que obtiene de sus múltiples clientes, bien puede darse el lujo.
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[med][BATERÍAS][/med]

[code]Las creaciones más impresionantes del Mecánico no son simplemente mecánicas, ni funcionan alimentadas por medios comunes; en cambio, tienen un compartimiento para un cristal especial, creado por él mismo, que hace las veces de batería, sin necesidad de recargarse ni ser sustituido durante la vida útil del aparato. Estas gemas son de diversos colores y tamaños, siendo más grandes a escala del objeto al que darán vida; a pesar de ello, son piezas pequeñas, ninguna más grande que su dedo pulgar. El proceso de creación es, quizá, el secreto mejor guardado del Mecánico, quien sostiene que ese es el "truco detrás del milagro". Un detalle interesante a mencionar sobre los cristales consiste en que, tras la construcción de ingenios que requieren estas piezas, el Mecánico se ve desmejorado y cansado, como si el procedimiento exigiera demasiado de sí mismo. Aún así, se reserva toda la información tocante a esa misteriosa parte de su trabajo.[/code]


[code]En lo más recóndito de su taller, existe un cristal bastante más grande que cualquier otro creado por él hasta el momento, de un color azul irisado. La gema tiene el tamaño aproximado de un corazón humano, y tiene una particularidad especial: dentro lleva una luz palpitante en forma similar al pulso de las venas. Esta pieza está guardada bajo llave en un contenedor especial de vidrio, suspendido como si se tratara de un tesoro frágil.[/code]


[med][DAEMON][/med]

[code]Su tesoro más cuidado es la enigmática espada que permanece a buen recaudo en su bóveda: Daemon, le llama él. Es un objeto que ve la luz del sol en muy raras ocasiones; ni siquiera la utiliza para defensa personal, aunque se rumorea que han habido contadas excepciones a esa regla. Se trata de una espada con aproximadamente un metro de longitud entre empuñadura y punta, con un diseño tétrico en la primera; el detalle que más resalta es un rostro cadavérico tallado justo al final del mango, de donde se afianza la hoja. A pesar de que esta última parece estar hecha de un material similar al cristal, su dureza y filo podrían compararse fácilmente al diamante. Quienes han logrado acercarse a Daemon, han jurado que la espada despide un frío antinatural, como si la expresión "helar hasta los huesos" fuera más que literal. El Mecánico es altamente reacio a mostrarla o siquiera sacarla de su refugio; todo aquello hace pensar que es un objeto peligroso, incluso en las manos de alguien tan generoso como el artífice. [/code]