— Tienes fuerza, de lo contrario tu stand lejos de ayudarte te mataría, pero corres con suerte de que eres fuerte.

— Oh...¡Menudo fastidio!— Se quejó.
Pero estaba tranquila ya que al fin pudo hablar de eso con su padre, solo esperaba que no fuera tan caótico el hecho de poseer un Stand.

— Pensé que estaba poseído cuando lo ví, pero si esta " cosa " tienen nombres e igual vas a desarrollar el tuyo. — Viendo que sigue incrédula ante el hecho de que puede ver stands, y sobre todo tolerarle sus pucheros. —

— ¿Ah? Esa cosa tiene nombre...— Se cruzó de brazos e hizo un leve puchero, algo le había fastidiado y no dejaría que pasará. — ¿Acaso tú reaccionaste bien cuando lo notaste?— Realmente no conocía la historia pero algo de curiosidad le daba.

— Pensé que serías demasiado perspicaz para notar que es un Stand, y su nombre es Star Platinum y tarde que temprano también tendrás el tuyo así que no, no estás loca. — Pensando seriamente en que es lo que iba a suceder entre ambos después de revelar parte de la verdad que envuelve al linaje Joestar. — Si que sigues de ingenua, Jolyne.

¡Era cierto! No estaba loca — ¡Entonces es cierto!, ¿Por qué no me lo dijiste?. He estado asustada todo éste tiempo ¡Ugh! — Se separó de él solo para señalar al fornido Stand. — ¿Quién es él?—

— De el que siempre me sigue ? De que hablas....... espera ......Tú ? * Percatándose que en efecto Jolyne es una usuaria de stand de la cual es capaz de ver a Star Platinum, como tal solo esboza una ligera sonrisa al saber que el legado Joestar esta en buenas manos. *

— ¡Joder!, ¡Hablo de ese que siempre te sigue! — Ya fué.
Podía ser tratada como loca y sí...¿Solo sé lo imaginaba?, Qué importaba. No, la verdad es que a Jolyne le dolía cualquier tipo de palabra dura o rechazo de parte de su padre, pese a que ella por lo general se pasaba con él.

— Algo así, son demonios y otras cosas. * Viendo que pese a ser tan rebelde es alguien que sabe que en realidad no conoce mucho de lo que vendrá para ella y e ayudará hasta el fin, *

Siempre tan filósofo.
— No eso, éste.... — No le soltaba en medio de la caminata y entonces decidió hablar — ¿Demonios?—