Frío, severo, antipático y orgulloso.
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S1532082 · F
Retrocedió un paso cuando ve la pose defensiva del desconocido ninja. Sus manos las guía hasta su mochila y es cuando se da cuenta que no la tiene; bufó en un cómico movimiento y una gota se deslizó por su sien.
—¿Are? ¿Dónde está..—Hablaba en un suave susurro apenas audible para ella misma. La joven kunoichi no estaba muy enterada de las habilidades del ojinegro, para ella seguía siendo un misterio.
No apartó la mirada del sujeto, tendría que defenderse con sus manos desnudas y sin armas. Su ceño lo frunció podría optar por ser un escudo y después sanarse a sí misma, no le importaba hacerlo.
Escucha el relámpago resonar y no puede evitar elevar la vista hacia el azabache con curiosidad, era un sonido nostálgico que no solo le traía buenos recuerdos; también los malos. Específicamente cuando quiso matarla y cuando atacó a Naruto infinidad de veces, intentó no prestar mucha atención a esas cosas pues estaban en medio de una riña. Dirigió sus ojos jade nuevamente al sujeto para ver su reacción y percibe el elemento que estará a punto de usar, ella no era maestra en esa clase de cosas. No destacaba por el control de algún elemento, pero había estado entrenado después de activar el sello centenar. Tampoco portaba un Kekkei Genkkai, después de todo no venia de un prestigioso clan, eso debía bien saberlo el enemigo.
Opta por solo cubrirse con ambas manos el rostro, si tuviese que enfrentar heridas profundas lo haría. ¿Que podía hacer una joven en esas situaciones? Bueno, seguramente un poco más que una niña.
Espera el ataque pero ve que nada le ha inyectado la piel, así que baja un poco sus brazos para observar y nota como ha sido cubierta por la energía del Uchiha, le mira con cierto cariño y agradecimiento; si en algún momento se sintió molesta con él todo se había disipado ahora.
Pero solo movió la cabeza asintiendo como un agradecimiento. Sabía lo que diría si ella prestaba atención a algo qué tal vez para él era tan nimio.
"Enfócate en el enemigo"
Así que no hizo ademán de perderlo de vista.
Tomó entre sus manos un gran macizo rocoso dispuesta a lanzarlo y usarlo como plataforma para elevarse a los cielos pero cuando intentó levantarlo sorpresivamente le pesó mucho, era como si la fuerza de humano estuviera nuevamente con ella.—Eh..—se preocupó en demasía pero no quería que el hombre lo notase.
¿Que haría ahora? Creyó qué tal vez era una broma jugada por su mente, así que intentó partir el gran trozo de roca con su mano tal como había destruido el claro, pero al golpear se lastimó los nudillos y un abrasador fuego le irritó todo su escualido brazo. Parpadeo súbitas veces. No quiso preocupar al Uchiha así que fingió que solo estaba estudiando el relieve del lugar.
Una risa burlesca comenzó a sonar en el lugar; era el shinobi que de manera impetuosa reía en demasía. Como si algo grave y demencial pasará por su cabeza.
"—¿Que pasa enana? ¿Ya perdiste tu fuerza?"
Hizo el comentario que la pelirrosa no esperaba decir al menos hasta que agotara su energía pero él lo hizo de manera irresponsable y sintió molestia e impotencia.
Apretó sus manos sintiéndose realmente tonta.
—¡Cállate, cállate, cállate, cállate!—Le gritaba en ese tono aniñado y llorón. Se estaba enfrentando a un nuevo tipo de rival en el que, no tenía poder para defenderse.
—¿Are? ¿Dónde está..—Hablaba en un suave susurro apenas audible para ella misma. La joven kunoichi no estaba muy enterada de las habilidades del ojinegro, para ella seguía siendo un misterio.
No apartó la mirada del sujeto, tendría que defenderse con sus manos desnudas y sin armas. Su ceño lo frunció podría optar por ser un escudo y después sanarse a sí misma, no le importaba hacerlo.
Escucha el relámpago resonar y no puede evitar elevar la vista hacia el azabache con curiosidad, era un sonido nostálgico que no solo le traía buenos recuerdos; también los malos. Específicamente cuando quiso matarla y cuando atacó a Naruto infinidad de veces, intentó no prestar mucha atención a esas cosas pues estaban en medio de una riña. Dirigió sus ojos jade nuevamente al sujeto para ver su reacción y percibe el elemento que estará a punto de usar, ella no era maestra en esa clase de cosas. No destacaba por el control de algún elemento, pero había estado entrenado después de activar el sello centenar. Tampoco portaba un Kekkei Genkkai, después de todo no venia de un prestigioso clan, eso debía bien saberlo el enemigo.
Opta por solo cubrirse con ambas manos el rostro, si tuviese que enfrentar heridas profundas lo haría. ¿Que podía hacer una joven en esas situaciones? Bueno, seguramente un poco más que una niña.
Espera el ataque pero ve que nada le ha inyectado la piel, así que baja un poco sus brazos para observar y nota como ha sido cubierta por la energía del Uchiha, le mira con cierto cariño y agradecimiento; si en algún momento se sintió molesta con él todo se había disipado ahora.
Pero solo movió la cabeza asintiendo como un agradecimiento. Sabía lo que diría si ella prestaba atención a algo qué tal vez para él era tan nimio.
"Enfócate en el enemigo"
Así que no hizo ademán de perderlo de vista.
Tomó entre sus manos un gran macizo rocoso dispuesta a lanzarlo y usarlo como plataforma para elevarse a los cielos pero cuando intentó levantarlo sorpresivamente le pesó mucho, era como si la fuerza de humano estuviera nuevamente con ella.—Eh..—se preocupó en demasía pero no quería que el hombre lo notase.
¿Que haría ahora? Creyó qué tal vez era una broma jugada por su mente, así que intentó partir el gran trozo de roca con su mano tal como había destruido el claro, pero al golpear se lastimó los nudillos y un abrasador fuego le irritó todo su escualido brazo. Parpadeo súbitas veces. No quiso preocupar al Uchiha así que fingió que solo estaba estudiando el relieve del lugar.
Una risa burlesca comenzó a sonar en el lugar; era el shinobi que de manera impetuosa reía en demasía. Como si algo grave y demencial pasará por su cabeza.
"—¿Que pasa enana? ¿Ya perdiste tu fuerza?"
Hizo el comentario que la pelirrosa no esperaba decir al menos hasta que agotara su energía pero él lo hizo de manera irresponsable y sintió molestia e impotencia.
Apretó sus manos sintiéndose realmente tonta.
—¡Cállate, cállate, cállate, cállate!—Le gritaba en ese tono aniñado y llorón. Se estaba enfrentando a un nuevo tipo de rival en el que, no tenía poder para defenderse.