*Michael alzó su mirada seria, molesta e impaciente, pero estaría dispuesto a escuchar a la pequeña Mugi.*
Michael: Bien, ¿Cuál es la idea, Tsumugi? *El pelirrojo le costaba mucho andar entre humanos, más aún si se tratan de adolescentes que solo poseen ideas monótonas, vacías y con un toque egoísta para siempre ser el mejor o el más destacado, sin saber que, al final del tiempo de cada uno, todo se convierte en cenizas y no queda más que el más cruel lamento. Así mismo, dirigió su mirada de tono ambar a las imágenes captadas por el celular de la joven rubia, pero pronto Michael captó una esencia en una de las fotos que la chica tomó con el celular.*
Michael: Esa aura la conozco, y no es la de Alexiel, ... Mugi-chan, prepárate, porque ...-gira su mirada a la niña-hoy presenciarás más cosas de las cuales, ningún humano ha visto en toda su vida o vive para contarlo. *Frunció su mirada por un instante, después se relajó un momento. En ese momento, sujetó la mano de Tsumugi alejándose de ahí por los diversos corredores, así mismo eran vistos por algunos estudiantes que se impresionaban por esa galanura del chico pelirrojo, pero a la vez, su manera tan extraña de comportarse, más aún por la manera en que lleva a Mugi.*
Michael: Maldita sea, ¿porque no apareces Barbiel?
*Dijo el joven apresurado, subiendo escaleras, bajando de éstas, entrando y saliendo de un salón a otro, cómo si conociera los alrededores de la escuela o supiera hacia dónde se dirige. De pronto, al frente de ambos, aparecieron dos ángeles más, causando que el tiempo se congele y de nuevo el dulce resplandor que Raphael hizo aparecer hace apenas poco tiempo, retome su lugar en ese nuevo escenario. Michael se detuvo en seco protegiendo a Tsumugi, pues al frente de ellos se dibujaba gradualmente entre el resplandor, dos siluetas más con sus debidos rasgos. La primer silueta se trata de una hermosa fémina de largo cabello azulado, orbes del mismo tono y una perfecta piel blanquecina, mientras su vestimenta consta de un ondulante vestido blanco, entretanto la otra silueta es un joven de alta estatura, solo que es de piel morena en tono claro, al igual que sus castaños cabellos que se menean tras de él. Ambos personajes observan primero a Michael, seguido de la joven Tsumugi en completo y abrumador silencio, fijando esas miradas de cristal.* Michael: Tsumugi, pase lo que pase, no hables, ¿de acuerdo?, a no ser que alguno de ellos te lo pida. *Diría refiriéndose a ambos nuevos personajes que acababan de aparecer. Indudablemente se tratan de un par de ángeles más, conocidos por Raphael, Michael y Barbiel, cada uno con un elemento que representar.*
