TobiasEaton1535864

Se sintió ofendida. Tal vez no debía sentirse así, tal vez era incorrecto, pero Samantha no solía hacer las cosas correctas. Lentamente, como de televisión, empezó a fruncir su ceño mirando al muchacho. ¿Era en serio su comentario? "¿La curiosidad no es sólo de los Eruditos?". Soltó un pequeño bufido que claramente se escuchó como un "Pff", con su expresión aún ceñuda. Fue en ese momento cuando empezó a dudar de las palabras de su padre. Tristán Hematoma era un osado de arriba a abajo, era conocido en su facción por ser entrenador de los nuevos y ser un tipo duro y rudo. Fue él quién le obligó aceptar que no pertenecía a Osadía y que se olvidara de su familia, estableciéndose en Cordialidad ¿y saben? Samantha no le tenía mucho afecto Tristán por lo que le había hecho. Desde muy joven se sintió distante y sin padre. Ver, con sus propios ojos, que uno de los muchachos que solía mencionarle cuando aún vivían juntos era igual o peor que él, sólo aumentó el dolor de cabeza que le traía pensar en tantas cosas al mismo tiempo.

Bajó lentamente la pistola hasta guardarla de nuevo en su bolsillo trasero. Respiraba con cierta fuerza, provocando con cada exhalación una nube de vapor por el frío. Su nariz se puso roja siendo evidente en su piel pálida y blanquecina.— Bien.—, se decidió a decir al muchacho. Hizo un chequeo descarado de su apariencia y su cuerpo, le miró las botas, los pantalones, se fijó con cuidado si llevaba armas escondidas, luego subió por el torso, llegó al rostro y rebuscó en el cabello. Terminado su análisis regresó a su rostro una vez más. No tenía por que soportar otra clase de comentarios así, no tenía ¿cierto? Ya Sam, su compañero, se encargaría de lo que fuera a pasar con él, después de todo, esa era su zona. La chica voluble se aclaró la garganta y terminó su participación verbal con un, — ¿la sinceridad no es sólo de los Verdaderos?—, enarcó su ceja, se ajustó la cazadora una vez más y dio media vuelta en la oscuridad, cubriendo de nuevo su cabello pelirrojo, avanzando a dónde la cabina se encontraba.

Hola :)

*sonrio bajando mi mano *
que bueno porque a otros si que les molesta :(
*miro a mi al rededor*
buscaba como matar el tiempo ^D ¿y tu...?

*miraba como el joven retrocedía,por como la observaba hizo que se mirara los pies y recordó como iba a vestida* *se encogió de hombros* ¿Supongo? disculpa me llamo Isaa *extendió su mano* ¿no muerdo? ¿si tengo facción? a veces el negro aburre un poco¿no lo crees?

*lo miraba detenidamente,tratando de recordar su rostro,pero no era nadie que ella conociera.Tal vez era nuevo en la ciudad.Se acerco un poco más a él por curiosidad* ¿Cómo te va? :')

*esbozo una sonrisa* Hola.

Samantha se quedó en seco ante la voz del muchacho. Oh, por Morgana., pensó, mientras bajaba el gorro de la cazadora y descubría su rostro ante el muchacho. — Oh, Dioses, ¿Tobías Eaton? ¿El mismísimo?—, Hematoma dejó caer su mano izquierda con el aerógrafo de pintura en ella, aún teñido de colores por la sesión de ese día y una sonrisa se plantó en su rostro. —Lo siento mucho, no estoy armada. Soy Hematoma.—, murmuró, estirando su mano para ayudarle a levantarse.

Cuando lo tuvo frente a el, cuán largo era, sacudió su pequeño objeto amigo ante el, para que lo viera con detalle. —Siento haberte pisado, aunque admito tu caída fue un tanto dramática.—, sonrió, con la cálida sonrisa contrastante a la personalidad eufórica y antisocial de Samantha. Lentamente se alejó del muchacho, tomando sus propias precauciones, aunque sin cambiar la expresión de su rostro. —¿Hubo algún problema con la vía? Normalmente viene alguien de los líderes Cordiales a revisarla, es extraño que alguien de otra facción lo haga, más siendo tu.—, frunció el ceño infantilmente señalándole.—, yo era de Osadía, así que por aquí eres famoso.—.

Estaba ya en la cabina, muy cerca de el, cuando vio como empezó a correr. Hematoma frunció el ceño ante esto y, con paso presuroso, comenzó a trotar detrás fe el. Sabía ella que era imprescindible no hacer ningún ruido o lo alertaría, y agradecía en ese momento su peso y talla ventajosa para ser silenciosa aún cuando sus pies golpeaban el piso constantemente. También le agradecía a su hermano las carreras que hacían desde pequeños: la pelirroja era rápida.

Siguió corriendo y pisó el talón del muchacho con una gran zancada, antes de mantener el equilibrio, hacer que se voltease y sacar el arma de detrás de su bolsillo y apuntarle con ella. Irónico que un cordial portase un objeto de ese tipo perteneciendo a la facción en que vive. Respiró profundamente, con los ambos ojos abiertos y su respiración ligeramente descontrolada sin dejar de apuntar al muchacho. La oscuridad cubría su rostro, así que no pudo identificarle, el de ella también estaba cubierto, por la gorra y por la cazadora. —Hey, necesito que te descubras el rostro y te identifiques.—, habló con firmeza, sin descubrirse ella misma. —¿qué hace alguien de Osadía aquí, en este tiempo?—, preguntó una vez más, al no tener respuesta. Pensó que sólo los líderes conocían los códigos y que seguramente estaba cometiendo una estupidez, pero también sabía que, por regla, debían de saber con exactitud quien traspasaba los límites de las fronteras para no tener disturbios. Así qué, por segunda vez en el día, Samantha mandó todo a volar y rompió las reglas.

Ooc: gracias a ti por la solicitud, espero poder ser amigos y llevar un buen rol.

Holis :)