- ¿Tiempo dices?, -mueve la cabeza de un lado a otro, negando en tono de desaprobación a Bane- Es lo que menos necesitas, pequeño humano. *Le observó con esa mirada gélida y carente de ... ¿humanidad?, tal vez ... después de todo, Raphael no es parte de éste plano. Y al igual que Bane, escucharía las sirenas cada vez más próximas al banco, entonces añadió con sutileza y serenidad en su voz.*
- Bien, bien por lo visto necesitas un poco de ayuda, te daré eso que tanto aprecias y llamas "Tiempo".
*De pronto, frente a los ojos del mercenario, una hermosa y radiante luz apareció en el escenario, blancas y suaves plumas caen y se ondulan con el frío viento, pero lo más curioso aún, es que a espaldas del rubio se dibujan unas enormes y emplumadas alas, y más sorprendente aún es, que ambos policías ... ¿recobraron la vida?, ¡Si, así es!, Bane estaba hablando con un joven arcángel, una deidad, una criatura de luz o como se le pueda llamar.*
* La oscura penumbra característica de la Gothan city, fue retirada por el resplandor antes mencionado, alumbrando todo a su paso. Pareciera que el tiempo se había congelado, pues de un segundo a otro, Bane y Raphael habían desaparecido de aquel sitio y dejando ahí a los policías confundidos y cegados por el poderoso alumbrar del arcángel. Ahora ambos se habían transportado a lo que parece ser la azotea de una enorme edificación de aproximadamente 15 pisos, claro que Raphael no le retiró las bolsas que el mercenario hurtó del banco, ciertamente le es indiferente.*
- Listo, ahora tienes todo el tiempo disponible, hombre enorme. Tal vez, tu puedas serme de ayuda