─ Andaba bajo la selva de sementó, intoxicando sus pulmones del humo de los autos y sus oídos del inquietante sonido de las sirenas a lo lejos ¿Qué sucedía? Estaba sumida en un trance, por mucho ya estaba añorando volver a ver aquel prado lleno de retoños o simplemente deseaba ir a las profundidades del laboratorio; pero en ese momento tenía una tarea. ─
Volteo a ver a su hermana colocando su mano sobre su cabeza. Tranquila solo espero sean ideas mías… ¿Nani? que acabas de decir.
Si se detenía perdería tiempo valioso, así que sin darle tiempo a reacción tironeo de manera brusca a su hermana para llegar donde se encontraba Nytric y Kuroha; si incluso él estaba cerca eso le daba a entender que de verdad algo no andaba del todo bien ¿acaso los quieren cazar? ¡Maldición! Debe ser una maldita broma de mal gusto. Es mejor ganar terreno y reagruparse.
Justo cuando le darían aquel pastel entre sus manos, fue cogido como si nada de la camisa llegando a llamar la atención de los encargados de la tienda. ¡Ey bájame! Espera ¿Qué pasa? Pero si la idea es llevar la torta a mi hermana.
Kuroha en ese momento sentía que no valía la pena entrar en discusión, el tono del mayor le daba a entender que algo estaba pasando conectándose rápidamente con su hermana gemela para saber qué era lo que estaba pasando.
Pero… Ne-san porque estas tomando esa actitud.
Sin mucho que poder decir seguía a su hermana mayor sin apartarse de ella un milímetro, obteniendo el mensaje de su hermano el cual indicaba que venía en camino como también que estaba con Nytric.
Mientras no los tenga a los dos juntos no quiero escuchar una sola palabra de regresar al laboratorio.
Fue tajante, esa sensación nadie pero nadie puede quitársela de su cuerpo, algo en su interior está hirviendo; debía tener a sus hermanos junto a ella incluso su pequeña se encontraba inquieta. No se pudo a evitar se puso a la defensiva sacando de igual algunas de sus colas, maldiciendo a lo bajo aquel aroma que se metía entre sus fosas nasales, tomo un momento en conseguir en donde se encontraba su hermano Kuroha por lo que apresuro a su encuentro.
—estaba recostado en una barandilla de un rascacielos mirando a la hija de su ama desde lejos hasta que desapareció de dónde estaba para ir hacia dicha pastelería donde se ubicaba kuroha lo sujeto de la camisa para levantarlo así como los leones cargaban a sus crías.—
Kuroha fue a comprar el pastel rojo, debemos regresar al laboratorio de tío Kin.
También la menor presentía el peligro rondando a su alrededor, no sabía cómo explicarlo pero ocasionaba un nudo en su estómago que crecía conforme caminaban por las calles; sujeto sin pensarlo la mano de su hermana pero para estar segura de que nada las molestaría creo un perímetro de radiación completamente letal para cualquier individuo.
Mientras tanto Kuroha sin saber que le estaban buscando, había llegado a la pastelería que su hermana comento pidiendo cuando llego su torno aquel enorme pastel pagándolo con la tarjeta de su madre.
Seguía caminando por la ciudad, nadie la mando a decir que quería comer aquel terciopelo rojo; fue sin querer que aquel pensamiento fue transmitido olvidando lo que podía ocasionar… que uno de sus hermanos saliera a cumplir su capricho. Kimi la seguía en cada paso que daba, pero le faltaba Kuroha por lo que no le era agradable esa sensación el aire olía a muerte.
Kimi no quiero que te apartes de mí en ningún momento ¡Entendido!
Tomo la mano de su hermana mientras triangulaba la ubicación de Kuroha, en algún lugar de aquella selva de cemento debería de estar.
Los días en que la luna roja había llegado a eclipsar el basto cielo, parecían el presagio de un cruel destino. Aquellos gemelos no se separaban de su hermana desde que estaba embarazada, el sobre nombre que se le otorgo a aquel feto era algodón de azúcar pero este fue pensado por hermana, debido a sus cambios de humor era mejor mantenerse cerca.
Kuroha habia salido a conseguir algunos antojos de su hermana mientras que Kimi se quedaba a su lado; lo que no paso por su mente era que su hermana saldría a buscarlo.
