Pasó su brazo por detrás de la espalda ajena, luego le atrajo hacia si. Ya cerca besó esa pálida y perfecta mejilla, lo cual hizo lento y prolongado.

Antes de apartarse totalmente murmuró un cariñoso "te amo" sobre su oreja.

–Tu amor me mantiene con vida. –Su mejilla es accesible para un gran beso, sus labios están calientes y siente que la temperatura de él levanta hasta el último de sus pelos. – Y este abrigo. Las pieles que me trajiste cumplieron muy bien.

Espanta al cuervo de su hombro; quería ocupar ese costado a su lado.

— Hace frío. ¿Cómo pareces tan perfecta a pesar de ello?

–Es ´´Jana´´, mi amor. Y todo bien, mejor al verte. ¿Y tú?

— ¿Qué tal "mi amor"?