[Algunos meses atrás] Una estepa desolada durante una tarde cualquiera de invierno. Los nubarrones avanzan hacia el este, cambiando las tonalidades del valle a una paleta de colores en ocre y grises. Además del delta en negro dibujado sobre el horizonte que une las pequeñas montañas de cimas nevadas con los cientos de kilómetros de llano, se pueden apreciar pequeñas y aisladas motas verdes; conjuntos de árboles con troncos gruesos y hojas casi pegadas al suelo. Apiñados sobre una napa de aguas subterráneas.
Aria tenía dentro de sí el conocimiento de más de setenta personas, sin contar organismos y otras cosas que había comido. ¿Que si era peligroso? Lo mejor estaba por ocurrir. Ya que entre más humanos comía, se quedaba con sus recuerdos, sus habilidades, sus sentimientos más fuertes…
Le fue sencillo dirigir la estación Omega en trayectoria del planeta más cercano para que se impactara y ella poder huir en la nave de los piratas. ¿Su destino? Por supuesto que la Tierra, tenía que erradicar a absolutamente todos los que tuvieron que ver con su “rescate”, su experimentación, las vivisecciones y usarla como una especie de señal de rescate para atraer a otros de su especie.
Aria no comprendía por qué los humanos eran así, ¿por qué su primer acercamiento era bélico? De verdad era más rentable la guerra con otros planetas ¿qué evitar destruir la roca donde habitaban?
