[Algunos meses atrás] Una estepa desolada durante una tarde cualquiera de invierno. Los nubarrones avanzan hacia el este, cambiando las tonalidades del valle a una paleta de colores en ocre y grises. Además del delta en negro dibujado sobre el horizonte que une las pequeñas montañas de cimas nevadas con los cientos de kilómetros de llano, se pueden apreciar pequeñas y aisladas motas verdes; conjuntos de árboles con troncos gruesos y hojas casi pegadas al suelo. Apiñados sobre una napa de aguas subterráneas.
El ruido, el aparente caos controlado, nada de eso importaba para un monstruo como ellos, sí, “ellos” porque lo que ahora merodeaba por el bosque no era una persona, era el resultado de la curiosidad, el morbo y la sed de poder de los seres humanos.
A.R.I.A. no era un proyecto del montón era EL proyecto de la estación espacial Omega, conocida por sus exploraciones del espacio profundo, atrapar y estudiar con todo tipo de raza alienígena que fuese posible, desde esporas con el poder de gas sarín, hasta seres que parecían ser la inspiración en sueños de Dalí sin que nadie supiera de su existencia. El error humano fue todo lo que se necesitó para que pudiera crear su masacre en Omega. Y después de haber devorado a todos los residentes de la estación Omega y sabe cuentas muestras y especímenes, la estación fue abordada por piratas, los cuales sufrieron peor destino que los científicos y astronautas en Omega.
