Sonrió suavemente, agotada pero con sinceridad. Que Texas mencionara esas palabras volvía un poco más difícil toda su situación. ¿Que habría sucedido si no se encontraban ahí en Rhodes?, si simplemente Lappland hubiese guardado su secreto hasta el momento en el que la única opción fuera eliminarla para poder evitar la propagación en las instalaciones. A decir verdad no era momento para pensar en ella misma, en como pasaba por alto cada situación de riesgo sin pensar un poco en el sentir de su compañera. — Lo lamento, Texas. — ¿Que más podía decirle?, básicamente su destino estaba escrito. — Me habría gustado que nos encontráramos y volver a pelear a tu lado en diferentes circunstancias. —

No pudo evitar que de sus labios escapara una corta risa. Lo que Lappland había hecho con la cola había sido por demás adorable. —Yo...— Agachó el rostro ligeramente, al igual que sus orejas de lobo. Su costado ya no molestaba tanto debido a la posición que Lappland le había hecho adoptar, prácticamente sostenía todo su peso. —¿Quién va a molestarme si tú no estás?— Frunció el ceño. Era complicado expresar con palabras todo lo que sentía respecto a la albina y a la terrible infección que la carcomía poco a poco.

No podía ocultar nada, su cuerpo era traicionero principalmente esa cola molesta que parecía tener voluntad propia decidida a avergonzarla. Frunció el ceño y su mano libre la llevó a su cola sujetandola para detenerla. — No... — pero de nuevo esa expresión en el rostro de Texas la hizo suspirar, se removió un poco ayudándola para que adoptará una posición más cómoda. —Entiende Texas, estoy bien con esto. Era difícil salir ilesa después de tanta exposición. Rhodes me tiene bajo estudios y cuidados, no le temo a lo que me pueda suceder. — agachó las orejas, con la infección ha avanzada afectando principalmente sus órganos. ¿Que esperanza podía tener?.

Asintió. Por esta vez le daría la razón. A diferencia de su agilidad y velocidad para atacar a enemigos más pequeños y rápidos, Lappland era capaz de arrasar por si misma a los que pudieran escapar de su espada, no tenía objeción alguna al respecto. Pensaba un poco en su próxima estrategia, más el sonido de la cola de la lupus golpeando contra el suelo la devolvió a la realidad, le provocó una pequeña sonrisa, y sin disimular la miró. —¿Estás contenta?— Una pequeña burla, una broma que quizás provocaría a la albina, más de inmediato aquélla expresión desapareció del rostro de Texas. —¿No te causa nada? ¿No piensas en... Lo que pasará?

Una calada mas al cigarrillo, profunda, lo suficientemente para terminar con el arrojando la colilla al suelo para pisarla. Se removió para sujetar con su diestra a Texas y ayudarla a acomodarse, entendía su dolor, había sido mal herida y por supuesto la idea de coordinarse era la mas apropiada. — Claro, solamente déjame los mas pesados a mi. Se me da bien lidiar con esos zoquetes. — Una sonrisa que mostró sus caninos, movió su cola un poco golpeando incluso un poco el suelo. — Y no evadas esos temas, no me molesta. Deja de tratarme como si me hiriera hablar de la Oripathy. —

—Quizás no es un tema que debería tocar contigo. Me disculpo.— Todavía no sabía como tratarla exactamente, la infección que lentamente acababa con el cuerpo de Lappland era la misma que portaban sus enemigos, y no tenía idea de en qué grado podría afectarle todo aquéllo. —Ng...— Se removió ligeramente, más fue complicado hacerlo, tenía un buen golpe en su costado, que ya había dejado una gran marca morada. —Siempre es duro estar en la vanguardia... Quizás podríamos coordinarnos mejor la próxima vez como...— 'Como en los viejos tiempos, estuvo a punto de decir, pero guardó silencio a tiempo para corregirse. —Como compañeras.

Ella tenía razón sin embargo la histeria, el pánico generado por la infección se había encargado de hacer caer a la gente en un abismo de desesperación del cual no podían ser rescatados. —No escucharan razones, están perdidos en la idea de arrancar el problema de raíz. Como si eso pudiera funcionar. — Respiró profundamente, disfrutando de la caricia que la azabache brindaba al dorso de su mano. — Debo serlo mas, Texas. Ser capaz de contener cualquier cosa, cualquier enemigo sin necesidad de arriesgar a los demás. —

—Nosotros podríamos ayudarlos.— Frunció el ceño, mientras se acomodaba contra ella, recargando la mejilla en su hombro. Era doloroso que para los infectados era más fácil el camino de la destrucción que tener un hogar. —Ya eres fuerte, tonta.— Buscó su mano, acariciando el dorso con su dedo índice.

Tomó el cigarrillo y se recargo en el muro a sus espaldas permaneciendo sentada, suspiró pesadamente por el dolor y se encogió de hombros mientras daba una profunda calada al cigarrillo. —Es fácil lavarle el cerebro a la gente cuando está asustada. — y al fin soltó el humo del cigarrillo, cerró sus ojos h se removió un poco buscando comodidad. — Me haré más fuerte, Texas. Esto es un buen motivo para hacerlo. —

—Mhh... ojalá pudiera creerte.— Su cuerpo estaba un tanto adolorido por la batalla, era complicado moverse pero agradecía la paz, y sobretodo, que ambas hubiesen salido en una sola pieza. —Los ataques de Reunion son cada vez más agresivos... ¿De dónde salen tantos peones?— Hablaba con el cigarrillo en la boca, más luego de darle una calada lo tomó y lo extendió hacia su compañera.