Alejó su cuerpo del de ella, mostró sus caninos en un gruñido que buscaba oponerse al de la contraría y enseguida apretó con mayor fuerza su mandíbula. —Todo este tiempo te esfuerzas por demostrarme que no eres esto, no eres así. — Su expresión en un segundo se suavizo y soltó a la azabache antes de recargarse en la pared . — No busco esto, que nos hagamos daño constantemente por el dominio. Somos compañeras. —
Lappland sabía exactamente qué punto presionar para provocarla, para hacerla comportarse más como un animal que como un humano. Gruñó en respuesta, mostrando sus caninos, e hizo un movimiento con su cabeza para forcejear y oponerse a aquélla mano, más el agarre era bastante fuerte. —...¿Te atreves a disciplinarme?— Dijo entre dientes.
Se quejó inmediatamente pero contrarió a enojarse solamente sonrió para ella, la sujetó firmemente de su mandíbula y apegó su cuerpo al de ella gruñendo suavemente. — Así quieres que sea ¿huh? — respiró pesadamente contra sus labios sin apartar su fiera mirada de la de ella.
—...— No tenía que responder esa pregunta cuando Lappland sabía exactamente lo que sucedía. Su caricia no la tranquilizó, y mordió su mano lo suficientemente fuerte para provocar un delgado hilo de sangre.
Sonríe y se acerca a dar una pequeña la lamida a su mentón más no fue algo sugestivo, fue más bien buscando hacerla volver en si. — ¿Por qué tan ansiosa?
