Era quizás un momento no oportuno para dejar suelta alguna estupidez, no sabia quien era la acompañante de Teru pero su recelo era que tuviese conversaciones de esa índole: hombres. Su mal humor no era del todo por la castaña, ni siquiera por Teru, quizás el rubio se sintió amenazado sí escuchaba hablar a su protegida de "algún chico que le guste". —¡Tsk!, qué estupidez no estaba escuchando esas pláticas de "novios", esas cosas de chicas no me interesan — ¿Acababa de mentir?, ni él lo sabía... ¡Espera!, ¿por qué estaba tan incómodo?, ¡Eso le enojaba más!. Luego de eso observó a Nanami, mantuvo ese gesto y trató de parecer tranquilo —... Y ¿Tú eres?— Aguardó.