—¿Un... golpe? —Como si la sola palabra hubiese evocado el recuerdo, de pronto se le vino a la mente la imagen de su malhumorado familiar zorro y las consecuencias que podría acarrear el mostrarle el ombligo. [!?]— Nee... Teru-chan, ¿cuántas veces has recibido un golpe en realidad?