Tashigi

|| HAHAHAHAHAHAHAHAHA roleaste prácticamente por las dos con esos comentarios de ayer

[Bella hermosaaa~ *Le chupa un ojo.*

Si alguien le preguntara a la navegante "¿Qué es la felicidad?", ella sin duda respondería el nombre de aquella marin. Y es que, desde que la conoció, Nami no había sido más que feliz, desde las miradas cómplices, los roces de manos discretos y hasta aquellos encuentros secretos, la navegante no había experimentado más que dicha y felicidad.

Y esa noche no sería la excepción, primero al aceptar su promesa y después al sorprenderla con aquel precioso anillo. Ahora en su dedo anular brillaba la promesa de un futuro juntas, un futuro que anhelaba se volviera realidad tan pronto como fuera posible.

Abrazó a la peliazul rodeandole el cuello con los brazos y correspondió aquel beso, lo hizo de forma lenta, profunda, apasionada, cariñosa; plasmo contra los labios todos aquellos sentimientos que tenía por la marin.

Inclinó su cuerpo hacia ella para recostarla nuevamente sobre la cama, sin interrumpir el beso, fue quitandole la ropa. Botón a botón le abrió la blusa aprovechando el recorrido para acariciarle la piel, los perfectos y abundantes senos. Un beso, dos besos, tres besos más hasta que se separó ligeramente de aquellos labios.

- Acepto.

Comentó entre risas, alzó la mano donde brillaba aquel anillo y le sonrió a la marin dejando un casto beso en sus labios.

- Tienes prohibido arrepentirte, y si lo haces, recuerda que soy pirata. Robo lo que quiero y obtengo lo que deseo. ¿Entendido?

Le hizo un coqueto guiño antes de volver a besarle los labios. Quería hacerla suya nuevamente, pero ¡Dios! estaba embelesada en ella, quería demostrarle de la forma más dulce el amor que sentía por ella pero también quería ser salvaje por la pasión que sentía, bendita ambivalencia.

Las manos de la navegante desnudaron el torso de la marin. Primero le quitó la blusa y después el sostén. Se limitó a seguir besandola y acariciándola, con la punta de sus dedos, rasguñando suavemente la erección de los pezones ajenos.

- Tu también Tashi, tocame.

Guió la mano de su mujer hacia su pecho para invitarla a continuar con ese ritual de caricias que habían empezado hacía unos minutos.

La mujer le colocó la mano en el pecho y él se acercó un poco más, aunque entendió que se trataba de una barrera para que no intentar nada más. Él seguía con su sonrisa cínica, estaba disfrutando aquella conversación. Notó que no se había sonrojado al mencionar a Zoro, así que era verdad que no le atraía más que su afición a las katanas. Le miró los labios y ese sutil temblor en el labial inferior le pareció realemnte tierno. Extendió su sonrisa y regresó a mirarla a los ojos.
-Puedo ser cariñoso si quiero, el problema es que no sé qué tipo de cariño es al que te refieres tu.-
Inquirió un poco intenso, seguro, como si de verdad supiera lo que decía, aunque esperaba hacerla sonreír. Tenía que damitir que era una mujer bastante bella. Sus ojos rasgados y grandes que se abrian hacia sus sienes, enmarcados por las gafas. Su nariz respingada y pequeña, sus labios en forma de corazón, carnosos y de un rosa natural, su piel, su voz. Si, era del tipo de mujer que le gustaban a Law. Entonces ella le acarició el pecho para levantarla hacia el cuello de la camisa misma que ella acomodó.
-Te estás tomando en serio el papel de esposa. -
Le sostuvo la mirada retadora. Sostuvo la mano y le acarició la mejilla para acomodar un mechón de su cabello recogido. Aprovechó aquello para dejarle la mano en el rostro y se acercó un poco más, como si fuera a besarla, sin embargo se detuvo al rozar sus labios para que fuera ella la que completara el beso.

Parecía que ella no estaba de acuerdo con su propuesta o al menos no de todo. Hizo unas acotaciones interesantes y mientras ella hablaba, él sonreía de forma cínica. La miraba atentamente. Pasó la mano por detrás de la silla de ella, como si la abrazara y estaba muy cerca. Su pecho le tocaba en hombro y tomó la excusa de que no la escuchaba para permanecer así de cerca.
-Puede que tengas razón. Contigo soy aún muy frívolo y creo que para que hayas aceptado casarte con un pirata debería de ser más cariñoso y seductor. Eso me da muchas ideas de como eres, Tashigi-ya. ¿Qué es lo que te gusta en un hombre? Seguro eres muy sumisa y te gusta el poder. Yo soy poderoso. ¿No lo crees? He pensado que te gustala demostración de poder. ¿Crees que no noté la forma en la que tratabas a Zoro-ya? ¿Dime él te gusta? -
Habiendo dicho todo eso, estaba aún más cerca, rozando sus labios con la piel de su oreja y acariciando su hombro desnudo con la mano.

Notó que estaba irritada y como no estarlo, su fachada ahora estaba siendo el centro de atención. Ella entonces le tomó la mano e hizo el saludo. Él solo se recargó en la silla sin hacer nada más, era demasiado serio para caer en eso. Pero le tomó la mano entrelazando los dedos con los de ella.
Y tenía razón, tendrían que quedarse ahí, beber algo y aparentar tanto como les fuera posible antes de entrar en acción, ahora que ella reveló su destino que era igual al de él, entonces era más fácil.
Levantó la mano para solicitar un mesero y pidió las bebidas. Siguió tomándola de la mano, realmente sin darse cuenta y trató de relajarse un poco. Se volvió a acercar a ella.
-Relajate, estás muy tensa. Estás pasando tiempo con tu esposo que casi no ves. Deberíamos de ponernos de acuerdo en la historia de como pasó todo esto.
Indicó mientras llegaban las bebidas y por fin la soltó. Acercó la silla un poco más, dio un trago y continuó.
—Propongo como el punto de primer encuentro lo sucedido en Punk Hazard. Te vi, me viste, no pudiste contenerte a mis encantos, nos acostamos en ese mismo lugar e intercambiamos denden mushis... mantuvimos el contacto durante todo ese tiempo hasta que nos volvimos a encontrar y te lo propuse, aceptaste y fue una boda pequeña, entre nosotros y mis nakama. Tu institución no lo sabe, nadie lo sabe, tu y yo sabemos que Smoker no estaría de acuerdo con nada de esto.

Parecía que ella estaba tan confindida como él mismo, pero no era algo que fuera a durar, era una alianza de una noche y solo eso. Al llegar al lugar y ser cordialmente aceptados sin tener que hacer fila, la sostuvo con firmeza pues, a pesar de la fiesta se sentía un claro ambiente ostil.
-No te alejes de mi.
Le dijo de repente y miró al guardia que unas horas antes había arremetido con la capitana. El pirata le sonrió de forma burlona mostrandole la argolla en su dedo y lo pasó de largo. Paso a paso se podía observar el amplio lugar, muy tropical pero a la vez elegante. Todos parecían preocuparse mucho por como vestían, por como los perciben los demás.
Guió a la joven hasta una mesa vacía y tomó asiento mientras estudiaba el lugar.
-No lo hablamos antes, y no creo que debas de saber exactamente para qué estoy aqui, pero necesito ir al sótano.
Le dijo al oido pues la música era muy alta. Observó a su alrededor y algunas caras le parecieron conocidas. Entre piratas, marines y algunas de las personas más ricas del mundo. Era un club bastante importante aunque solo era para parejas.
-¡Pero si es Trafalgar Law!
Se escuchó decir en el altavoz del DJ y los reflectores apuntaron hacia él. Law entrecerró los ojos por la luz cegadora y suspiró frustrado pues ya no podía pasar desapercibido.
-Lo sentimos por las señoritas del mundo que son sus fans, ahora está casado y no creerán con quien. ¡La Capitana Tashigi del G-5! ¿Será que Smoker la acompañó al altar?
Esa irritante voz ahora había revelado todo el teatro que se habían montado. Law miró a su alrededor y era obvio que las miradas estaban en ellos. No sabía que ella era tan popular en la marina y en el mundo. Así que giró a verla.

Feliz cumpleaños espadachina

Aquellas palabras le golpearon directamente el corazón, tanto así que no pudo evitar sonreír tan ampliamente como sus labios le permitieron.

— ¿Qué me has hecho que me tienes a tu pies?

Fueron sus palabras y sin demora, bajó de la cama para arrodillarse frente a ella, le tomó la mano, le besó el dorso de esta y finalmente la llevó a su propia mejilla para frotarse contra la suavidad de la piel ajena.

— Desde que te conocí ese ha sido mi único deseo.

Su mirada avellana buscó conectarse con los oscuros ojos de la Marin.

— Mi camino ahora esta con Luffy y mis nakamas, no menosprecio lo nuestro Tashi, pero sé que mi sueño lo puedo lograr al lado de Luffy, es lo que creo y lo que quiero, quiero estar a su lado cuando lo llamen "El Rey de los Piratas", quiero llevarlo a la cima de esta era. Sé lo mucho que amas estar en la marina, la satisfacción que te da lograr tus metas aquí, sé que quieres ver como Smoker se ostenta con un buen título y el como bajo su guía la marina sea lo que realmente debe ser, aunque no lo dices puedo saberlo. Y sé también que todo ciclo tiene un cierre. Cuando nuestros sueños y anhelos se hayan cumplido, tu y yo podremos vivir la tranquila vida que deseamos juntas.

Llevó su mano al bolsillo delantero de su pantalón y de él sacó algo que resplandeció aun entre la oscuridad de la habitación. Tomó su mano izquierda y sin esperar más llevó al dedo anular la pequeña argolla de oro blanco con un pequeño cristal color rosa en forma de corazón.

— Esta es mi promesa. Tu serás mi meta, mi gran y más anhelada meta. Viviré, sin importar qué, viviré y cuando nuestros sueños individuales se hayan cumplido, cumpliremos nuestro sueño en común que es pertenecernos mutuamente por la eternidad.

Se incorporó lentamente y fue directo a besar a su amada mujer. Fue un beso profundo, apasionado y demandante mientras la recostaba sobre la cama.

— Espera por mi, te prometo que tendremos nuestro "Felices por siempre" y te amaré aun más de lo que te amo hoy.

Poco a poco fue acomodándose sobre el delgado y perfecto cuerpo femenino, la besó con suma pasión acariciandole sus maravillosas curvas a voluntad.