— ¡Hay otro más! —Había vociferado con un encantador tono de sorpresa. Recibió a la melliza entre sus manos. —Es una niña. Zemlja recibe hoy también a una princesa —. Las tres elfos limpiaron a los bebés luego de los berreos y los acobijaron entre los brazos de su madre.

Finalmente, la elemental los vio, y ella sollozó contrario a sus hijos quienes se sosegaron al sentir el cobijo de aquella que los llevó por nueve meses.
— Se me ha otorgado la dicha de tener en gracia a dos, dos bebés. Llevarán nuestro reino hasta lo más recóndito de toda la galaxia; Einarr y Ástryr.