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-Emprendieron camino apenas el otro pudo mover los pies. Todavía era el amanecer, así que tendrían horas bastante útiles de luz. Lo dejó caminar al frente mientras ella levitaba a sus espaldas, tímida e insegura. Su impotencia para aportar dirección o apoyo la hacía ansiar ayudar en algo, así que emprendió vuelo y empezó a flotar en dirección a las copas de los árboles. Por minutos se perdió, dejando al hombre tan sólo con el ruido del agua correr por el río anexo al sendero, hasta que descendió en picada hacia él. Giró algunas veces en el aire divertida, luego flotó frente a él, dándole la...
 
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Soren · 100+, M
-Él tenía seguridad en los dedos, esto era reflejado cada vez que acicalaba algo diferente en su indumentaria, desde la enorme espada, hasta esos pequeños cuchillos que colgaron su cinturón bordeando el cuero. Una vista profana se dirijió hacia la mujer, y una vez sentó sobre la cama de espaldas, dijo.- Creo que no es cuestión de confianza... Sino cuán profano eres. -Respingó un poco los labios.- Tsk... No me creo capaz de atentar contra mi alumna. -Y al hacerlo, simplemente encogió de hombros con los ojos bien atentos al vestido deslizándose.- Por ello, he de agregar que no me importa en lo más minimo... S-si t-te... -Enmudeció un momento, quién sabe por qué.-
SylphideQ · 31-35, F
-Le costó caminar. Sus pasos se sentían diferentes, sus piernas más fuertes que antes la movían rápido, pero agarró el ritmo momentos después. Una vez hecho envió su mirada con discreción al cuerpo desnudo del otro, que por caminar un poco más delante de ella sólo pudo tomar una buena vista de su trasero, aunque ansiaba ver cómo serían otras dimensiones. Entrando a la casa esa oportunidad se perdió, pues el otro se vistió con prendas ajenas y por su parte, ella tenía su vestido y su capa empapados. Se quitó la capa y la sintió caer con peso al suelo, había puesto oro en los bolsillos, y estaba segura lo dejaría en esa casa, pues empezó a revisar en los cajones, encontrando un lindo vestido blanco.- ... Bien, ya que entramos en confianza... -Llevó las manos a las mangas del vestido, amenazando con también desvestirse frente a él.-
Soren · 100+, M
[i]-Un cenicero se puso en la ventana, junto a un tintero negro. Él lo vió mucho antes, por ello sabría avanzar al adecuado desnudo que tenía, ahora iba al paso de la chica, que... Aún no sabía su nombre, o se le olvidó, ya que aún desvariaba en fiebre. Un soneto discreto y sencillo, sin secreto y estribillo, todo un amuleto de lentas contiendas, que detrás de una hoja, le llevaron al interior, a través de la tinta negra, solo visualizaba sangre roja. Lo extraño esque ese trío de granjeros ya no estaban en casa, una suerte, Dan seguía desnudo, y para una buena imagen, por decírlo de decencia, le faltaban prendas. Se dedicó a buscar en los confines reconditos, hasta que encontró un par de pantalones raídos, unas botas, y con eso se conformó. Sí, incluso se vistió enfrente suyo, demasiado no le importó, el hecho fue acabar, y finalmente, ir a las vistas de la tarde, donde el hambre empezaba a despertar en su vientre.- Bien, ¿Tienes hambre?[/i]
SylphideQ · 31-35, F
-No recordaba que los colores fueran tan nítidos. El verde era deslumbrante, el azul del cielo tan cercano. Caminó bajo su guía sin perder de vista los alrededores, y después de saciar su vista vino el tacto. Llevó una mano a su hombro, acarició su forma y luego descendió por su brazo, apreciando la textura de su piel. Se percató que en ella había nacido una necesidad nueva, que después de descubierta no hizo más que crecer por todo su cuerpo, acelerándole el pulso. Le miró de reojo con cierto aire cómplice.- ... Mientras estés tú, podría ser el mismísimo infierno.
Soren · 100+, M
-Ahora que tenía bien frecuentes sus manos, pudo dar avance, a cortos pasos, lentos por el agua, pero certeros una vez se fue apoyando. No demoraron mucho para salir el centro de aquel riachuelo, la grata sorpresa fue que en el borde del lugar los esperaba una sombra bastante agradable. El hombre se definía por imponer, pero una vez se vislumbraba bien su figura, podría fácilmente ser un Rey, su porte era de admirar, pero su rostro más, se hacía notar, demasiado dirían en Bhulfstein. Lo excelente del caso es que se toparían contra una pared, él tenía un deseo insaciable de muerte, nunca se fijó en alguna mujer, más que en aquella que perdió hace años, por culpa de Mystodan... Desde aquel día, desde aquel enfrentamiento, que terminó por acabar con su marco de existencia. Extraño fue recordar el arma de ahora, su alumna, su similitud era enorme, pues... Era el mismo arma con el que solía luchar, quién en sus recuerdos aún permanecía.- ¿Prefieres la sombra... O algo más?
SylphideQ · 31-35, F
-Encontró un desperdicio que el líquido vital cayera por su cuerpo. Colocó la diestra en su cuello para parar la hemorragia, entonces su boca se lanzó a tomar con labios abiertos cada línea formada a lo largo de su torso. Descendió con su cabeza siguiendo esa pauta, chupando y lamiendo en el trayecto hasta llegar a su abdomen. Desde esa área subió, y aunque estaba aturdida sus sentidos habían despertado por completo. Lo miró con ojos abrumados, tanto poder circulando por todo su cuerpo.- ... Me siento bien. -Punzó su propio índice para dejar salir algunas gotas, las cuales aproximó a las heridas. La reacción de su sangre sobrenatural y la herida provocó una reacción de cura superficial, sellando las marcas poco a poco.- Pero el sol brilla demasiado.
Soren · 100+, M
-Entrecerró los ojos, como el ciervo que cae después de ser devorado a paz de una flecha. Aquel blanquino se mantuvo hasta que separó la boca de la carne abierta, que si bien lucía a dos puntos, soltaba demasiada sangre, de hecho bastante... Tanta que caía por su pecho y terminaba por adornar su abdomen, hasta finalmente caer a la marca de su V... Y más allá. Un silencio padeció de pocos momentos, ella mojaba sus ropas, y bueno, la única reacción de él fue tomarle por las manos y fijarse en sus ojos, ahora más claros que antes.- ¿Qué tal te sientes?
SylphideQ · 31-35, F
.. Me gusta mi cabeza donde está. -Y quería conservarla. Respiró profundo y reunió cualquier pizca de poder que quedase en su cuerpo, enviándola a su dentadura. Algunas veces podía mover pequeños objetos durante el día canalizando su energía a un solo sitio, pero en caso de no funcionar se desvanecería hasta la noche. Abrió la boca y sus dos colmillos relucieron entre sus labios, puntiagudos y listos, que tras reducir la distancia entre ellos se introdujeron certeros en su yugular, abriendo dos pequeños hoyuelos de donde brotó sangre directo a su boca.
La sensación fue indescriptible. El líquido ardía en su boca cargado de vida, y cuando pasó el primer sorbo a su garganta cada centímetro fue nutriéndose de energía y recuperando color. Al siguiente trago ya había podido sentir el agua fría en las piernas, al tercero el aroma del otro dominó sus sentidos tan poderosamente que mordió con fiereza su cuello, absorta en la necesidad de vida.. de él.-
Soren · 100+, M
Si no me convences, te arrancaré la cabeza y acabaré con tu sufrimiento. -Bajó un poco la mirada, para después lanzar el cuello hacia atrás, y con él, hacer un espacio entre el músculo de su cuello y el hombro, el espacio exacto para que sus dientes penetrasen de buena forma. La carne era bastante, llamativa incluso, era el único lugar en su cuerpo que no tenía ni una sola cicatriz, y ahora, le pertenecía a ella. Poco tiempo duró aguardando, no fue en vano, de ello decir que su mirada se conjugó con el final del lugar, en la aspera espera de que su sangre fluyese por el pecho y cuello.-
SylphideQ · 31-35, F
-Enderezó su espalda, la idea atorada en su cabeza como una solución... O una posible perdición. Recordaba su olfato la noche anterior, el fuerte aroma que se apoderó de sus sentidos tanto que se sintió marear, perder. ¿Y si tomaba más de lo necesario? No se dio mucho tiempo para pensarlo, levitó despacio hacia él, observándolo a distancia con precaución, como una tentación peligrosa. Le miró el rostro, luego descendió hasta donde el agua iniciaba. Lo miró todo, esa declaración de poder y hombría que vendría en su sangre, que bien podría enloquecerle.- ¿Y si no funciona...? ¿Si no soy lo que esperas?

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