[...] -Señaló la zona de la estación, allí terminaba su territorio.- Vete para allá, son unos trecientos metros. Center-gai es nuestra zona. ¿En verdad quieres morir estúpidamente aquí por un caprichito tuyo?
Soy mejor jefe que el incompetente del tuyo que no sabe delimitar las zonas laborales. ¿Quieres generar un conflicto entre nosotros? Porque te recuerdo que aquí somos muchos más de lo que crees. -Sentenció en un tono ronco, bajo y bastante lento. Él no interferiría más de lo que ya hizo, no era su especializar matar criaturas como el vampiro, pero si hizo lo suficiente en advertir. Su zona era neutral y como tal tomarían medidas al respecto si el vampiro no colaboraba.-
Yo no haré nada. Mátalo, hazlo... pero dudo que puedas esquivar las balas de antimateria que perforarán tu cuerpo en quizás... ¿Un parpadeo? No lo sé. -Se giró en muchas direcciones, como bien había explicado la zona era neutral y todo aquel que intentase generar caos, lo pagaría muy caro. La seguridad del lugar era excelente, tanto para eliminar humanos como seres sobrenaturales.- Solo te diré... si no quieres salir tú mal herido, no mates a nadie en nuestro territorio. ´[...]
━ Si fueras un buen jefe, por muy territorio "neutro" que sea, sabrías que los negocios son negocios.
Esta vez soltó el arma, se lanzó contra el herido y en un hábil movimiento sacó de un cintillo un filoso y "especial" cuchillo para colocarlo directamente en el cuello ajeno.
━ Tu y yo aun no terminamos.
Segundos fueron suficientes para la regeneración de su pierna. Alzó sin problema alguno al vampiro clase baja que estaba cazando, miró de reojo al pelirrojo y vio el cuerpo mutilado del japonés.
━ Bien jefe... dejame preguntarte ¿Qué harás? Esta basura que tengo en mi mano, mató a ese sujeto -se refería al cuerpo inerte.- además, le debe dinero a alguien más y todo esto lo hizo en TU territorio, bajo TUS narices. ¿Cuál será su castigo?
Lanzó el maltrecho cuerpo a los pies del pelirrojo dejando que sus iris rojizas brillaran con tal intensidad que resaltaban aun sobre su piel albina.
-Fue tan amable como siempre solía hacerlo con sus advertencias, jaló de la cuerda de obsidiana para destrozarle la pierna. Asumía que podía regenerarse así que dudaba que sufriera un poco por la perdida de su extremidad.-
La próxima será la cabeza. -Se devolvió el yo-yo a sus propias manos, este moviéndose en zigzag a una velocidad tan alta que su base-cuerpo solo parecía un as de luz.
A Máxito no le importaba quien debía dinero a quien, los problemas de otros, era claro a la hora de trabajar, su territorio era sagrado y quien llegase a arruinar la poca paz que había, lo pagaría muy caro.- Estás en nuestro territorio, vete a cazar a otro lado a tus deudores. Esta es una zona neutral, ¿Nadie te lo dijo? No, veo que estás muy mal informado. Deberías de hacer bien tu trabajo antes de meterte en los lugares equivocados.
Odiaba tener que tratar con los humanos que desconocían tanto de su raza. Se mantuvo inmóvil, aquel joven pelirrojo no lo intimidaba en lo más mínimo.
━ Esa basura que se arrastra nos debe dinero. ¿No te lo dijo? ¡Y una mierda tu territorio! Los negocios son negocios
En dos segundos tenía su arma de nuevo entre sus manos con la mirilla fija en la frente del herido.
━ Pidió un préstamo a la Familia Gambino y quedó en pagar hace ocho días. DiCristina -Omitió el nombre de su jefe con total intención.- Le dio una prórroga de ocho días, no sólo faltó a su pago, sino que intentó "morderme" cuando vine a cobrarle junto con él.
Con un movimiento sencillo de cabeza señaló un cuerpo inerte a uno de los costados. Un hombre japones afiliado a la mafia italiana que fungía como cobrador para el Italiano.
-No esperaba más de un monstruo, reflejos perfectos a la hora de defenderse, sin embargo Máxito aprovechó ese hecho en que estaba distraído para lanzar su arma, aquel objeto mágico, su reliquia Leviathan. A simple vista parecía un simple juguete, un yo-yo, pero se trataba de un dispositivo inteligente creado por una civilización antigua. Este se estiró a una de las piernas ajenas y se rodeó, sujetando esta con firmeza. No tiró del hilo puesto que este era tan filoso como una obsidiana, podía cortar absolutamente todo con un simple toque.-
Estás en nuestro territorio. Esta es la única advertencia, lárgate en paz o te corto la pierna. -Frunció el ceño con molestia, estaba seguro de sus habilidades como mago y sicario, no fallaría a esa distancia.-
Sus reflejos eran sobrehumanos, por lo que girando en el aire su arma, tomó el cañón te esta y con el mango golpeó la granada tras abaniquear como si de un golpe de beisball se tratase. La granada de luz estalló al centro de los presentes, los lentes oscuros que solía llevar con él ayudaron a que el impacto de la luz no lo cegara al 100%.
━ [code]¡Mierda pelirrojo![/code]
Exclamaba con enojo. Sabía que se trataba de aquel joven pues conocía su aroma perfectamente.
━ [code]¿Si sabías que uno de tus chicos es como yo? Si, esa basura que se esta arrastrando ahí. [/code]
Un nuevo giro en su arma para terminar apoyada sobre su hombro.
-Desde ya días hubo reportes dentro de Shibuya sobre alguien que se atrevía a cazar en el territorio de la Red, eso claramente molestaba bastante a los miembros de aquella banda delictiva quienes solo recopilaban información con el pasar de los días. Una noche más, una nueva cacería en su territorio fue la que desencadenó la movilización de los guardias de la zona cuando uno de sus integrantes reportó una herida de bala. Máxito quien estaba informado de los hechos, decidió tomar cartas en el asunto. No era el mejor cazador y sicario del lugar pero aún así aceptó el trabajo. Se dispuso a ir a la escena donde, su compañero intentaba huir con una contundente herida de bala, a lo lejos su agresor. No daría mucho tiempo de reacción que el pelirrojo tomó una de sus granadas de luz y la lanzó contra el encapuchado esperando que esta haga efecto a los segundos de ser tirada contra los ojos de aquel.-
