Suena interesante. -Dijo de manera cauta, casi soñadora.- Al final vencieron su odio y supieron darle mas provecho a sus vidas que simplemente matarse entre sí.
-Mi guardián es un ladrón y mercenario con el que batallé a muerte en una oportunidad.-Explicó con sumo cuidado.- Después de ello nuestros caminos se vieron unidos, y ahora funge como mi protector.
Nunca nadie me había dicho eso ¿Por que le parece hermoso? A cualquier le daría asco. -Mencionó, con curiosidad. Aquel forastero sin dudas no parecía un simple humano, tal vez fuera un simple enviado de los Grandes para atormentarle.- ¿Quien es su guardían?
-Es un hermoso nombre, digno de alabanza. -Dijo con suma calma al contrario.- Parece un poema que puede ser recitado por los labios de quienes le pronuncien. -Sonrió amenamente.- Mi guardián es un ladrón y mercenario al mismo tiempo, les conozco, por lo que no me resultan repugnantes los seres de su calaña.
No me conoce a mi entonces. -La mirada de aquel ciego le incomodaba, el tan reacio al contacto con desconocidos y a su vez tan pragmático para las relaciones sociales, le aclaro, sin saber muy bien la razón.- Mi nombre es algo que tan sólo es susurrado por los árboles y sus animales cuando me ven pasar, más que un nombre es una condena. Me llaman <<Sangre Negra>> Svartur Blóð.
-He conocido ladrones, y no creo que su trabajo sea deshonroso. -Ladeó la cabeza posando su mirada de colores contra los ojos de aquel ser que se encontraba ante él. -¿Puedo saber su nombre? -Preguntó amablemente.
