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OhSangwoo · 31-35, M
Aun cuando parecía que hasta hace unos días ella no conocía más que las funciones básicas de una persona, y sólo hablaba cosas sencillas, ahora era capaz de cuestionarle, incluso tocar puntos como sus ingresos, si bien eso le causaba cierta inquietud, pues la velocidad de su aprendizaje era alarmante, siguió llenándola con falsas respuestas.

— Vendo carne, como la que comemos seguido, la gente adora las hamburguesas, así que la carne se vende mucho. —

Tocaría la frente ajena con un par de dedos, precisamente el índice y el medio, y así le mostraría una sonrisa amplia, que claramente era una de sus fachadas, no podía dejar de mentir, ni siquiera a ella.
SunHee · F
El tacto de Sangwoo le generó cosquillas qué derivaron en una risilla corta. Sun-Hee era más que feliz viviendo en ese mundo idílico donde sólo existían ellos dos dentro de aquella casa; ¿Qué más podía pedir? Literalmente había salido de un sótano para vivir en otro.

—¿Todo? —cuestionó, no por dudar de él, sino por la curiosidad qué esto implicaba— Debes ser millonario. ¿Cuál es tu trabajo?

La idea de laborar también era recién adquirida. La había oído por la radio alguna vez, un podcast para mejorar el rendimiento en el trabajo.
OhSangwoo · 31-35, M
No es que le disgustara tocarla, pero en su mente ella era algo puro que se marcharía con su mero contacto, dudó en tocarla, pero confiando en la tela que le impediría un tacto directo aprovechó para tocar en la zona señalada, recorriendo sus dedos suavemente en la zona de su estómago, delineando sus dedos por el ombligo cubierto.

— Luego podemos conseguir algo bonito para ti, sabes que te puedo comprar todo lo que desees. —
SunHee · F
Sun-hee usaba todo lo que Sangwoo le daba con orgullo y un gusto enorme. No se cuestionaba si la ropa era corta o larga, reveladora o recatada, pues carecía del conocimiento de lo que era el "pudor" o de la importancia que tenía mostrar ciertas partes sólo en ciertas ocasiones; ella bien podría usar aquello para salir a saludar al vecino, si Sangwoo le permitiera salir alguna vez.

—¡Sí! Aunque me ha costado trabajo ponérmelo. Tal vez está algo "justo", príncipe —se removió un poco y estiró ambos tirantes. El que tuviese nuevas palabras en su vocabulario denotaba las cosas que había aprendido viviendo con él—. ¡Pero la tela es super suavecita! Mira, ven, toca aquí —se señaló el estómago con cierto entusiasmo infantil.
OhSangwoo · 31-35, M
No esperaba que el atuendo que le regaló le quedara tan bien; si bien, en un principio le veía meramente como un juguete almacenado con el que se divertirá un poco, ahora su fijación en ella había cambiado. ¿Le comenzaba a ver como una mujer? No podía explicarlo, pero, disfrutaba del atuendo.

— ¿Te ha gustado? Pienso que te queda perfecto. —

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