-Había dos noticias, una buena y una mala. La buena era que la ubicación era un sitio de mala muerte, donde la limpieza sería fácil y discreta. La mala, era que todo indicaba que el hijo de puta del señor R.S. realmente había buscado con toda la intención portarse mal. Todo olía a que ya se había planeado. Estacionó la vagoneta en un callejón, y mientras dos asistentes más bajaron corriendo con bidones y cubetas en dirección a la masacre, ella miró hacia arriba al edificio. Se llevó la mano a la pistola enfundada en su muslo derecho, sacándola de su sitio.- Carter... Esto se va a poner mal.