-Había dejado un cambio en la vagoneta dentro de una mochila. Un juego de su usual camisa blanca y una falda de lápiz larga ahora vestían su cuerpo, junto con calzado de oficina, cómodo y sin tacón. Aborrecía ese tipo de zapatos, pero eran los mejores para moverse rápido. Bajó de la vagoneta abotonándose la blusa hasta donde los botones podían sostenerle los senos, siendo un poco más de la mitad hasta donde pudo cerrar.- Sólo tengo que pararme frente a cualquier cámara.

-Buscó alguna con la vista, y dio con ella un poco más lejos de la fila. Se detuvo y la observó en silencio, seguro alguno de los individuos de seguridad la notarían y buscarían confirmar su identidad. Pasaron unos minutos hasta que un individuo trajeado con un audífono de instrucciones se acercara a ellos, dándoles las buenas noches y un tajante "por aquí."-

Hm, bueno al menos nuestro cliente estaba demasiado ocupado como para haber visto a Tom y Holland, están a salvo, espero, según mis cálculos.

Dijo con una voz quieta hacia ella, no quería perderlos a ellos también, sabía que al menos Tom tenía una familia por más rara que fuese su profesión. El pelinegro se bajó de aquella camioneta saltando de la puerta de atrás, en cuestión de dos minutos salió de aquel traje especial y se vistió con un mono bicolor, espalda con espalda con ella, entre menos reconocible fuesen mejor.

De cierto modo agradecía que hayan usado aquel traje especial, se preguntaba si aquel animal y monstruo se había percatado de quienes eran, lo más probable es que sí por sus agudos sentidos. Pero aquello debería esperar, cuando llegaron observaron una enorme fila de personas de todo color, tamaño y edad, sexo y preferencias esperando entrar al club, el muchacho negó y susurró.

Creo que mejor usamos la puerta trasera, Ms. Martin.

-Sonrió a lado, conteniendo una suave risilla. Miró hacia el frente y ajustó sus gafas en su sitio, era una sorpresa que siguieran en su sitio a pesar de todo ese ajetreo. Su orgullo no le permitía decirle explícita mente que le había salvado la vida, y que le agradecía por ello. Él era lo único que hizo la diferencia entre los segundos que faltaban para que el cliente la asesinara. Sólo atinó a decir en voz poco audible.- ... Me encargaré de recompensarte adecuadamente cuando esto termine.

-La vagoneta se detuvo con calma, a lado de un lugar con un alto volúmen de música que retumbaba desde adentro del sitio. Ella se puso de pie y se acercó a Tom y Holland.- Quédense aquí, mantengan el vehículo encendido... No debemos tardar más de una hora. Si eso sucede, regresen y reporten a los demás lo sucedido, y que todos usen los dormitorios de la organización. No será seguro salir.

¿Huh? Hice lo que me contrató para hacer, Boss. Mantenerle viva, y bueno... mantener las cosas más organizadas para usted.

Dijo aquello con suma calma, posando sus ojos en los de ella, mientras parpadeaba, se le notaba completamente normal a pesar de todo. De hecho lo que más le molestaba era saber que su plan había fallado por algunos milímetros, hubiese sido más fácil recoger el cuerpo en letargo del vampiro sin tener que matarle, pero las cosas se habían complicado.

Según mis cálculos le hubiese cercenado la cabeza, y la verdad prefiero unas fisuras que, un recorrido de venganza, Boss.

-Faltaba poco para la llegada, tal vez cinco minutos. Hubo algo que hizo ruido en su mente después de tener una mejor claridad del tema, y tenía que ver con Carter. Volteó a verlo pensativa, luego se recorrió hacia él sobre el espacio que los separaba, quedando el costado de su cadera a lado de su muslo. Lo miró de cerca, intentando estudiar la expresión que pondría después de que ella hablara.- ¿En qué demonios estabas pensando... Cuando te interpusiste?

Tampoco se imaginó en semejante situación, y por ende ya había mencionado su destino, era divertido como todo parecía dar vuelta, a final de cuentas apenas un día atrás había hablado de que era mala idea acercarse demasiado a aquel hombre y ahora, ahora parecía que sería el único camino afuera de este embrollo.

Se le notaba pensativo, mientras cerraba sus ojos, ambas manos pegadas cubriendo su nariz y boca, mientras estaba meditativo y silencioso en el camino, planeando adelante todos los movimientos posibles. Pensando en qué clase de recursos tendrían si eran encontrados a medio camino, qué palabra usar para con el hombre que verían ahora, y claro que hacer luego de salir de allí dependiendo de los resultados posibles. En este trabajo si no se calculaba con tiempo significaba la muerte... o peor.

-Había un montón de cosas en su cabeza. Le preocupaba el vampiro, le preocupaba su creador. Si bien había clausulas en el contrato que los sobrenaturales firmaban, nada podría evitar más víctimas y que todo saliera a la luz. Afortunadamente la ruptura de las condiciones por parte del comportamiento del vampiro la autorizaba a romper el contrato y tratarlo como hostil, y debía seguir por ese camino. Se encargaría del creador después.- Bien, pues pasemos al protocolo de emergencia... A combatir fuego con fuego.

-Nunca había manejado una situación igual, pero había antecedentes en los libros de registros. La única manera de lidiar con un cliente que se convierte en un enemigo ... Era buscando a otro sobrenatural para finalizar el trabajo. E iban en busca de uno de los mejores en ello.-

(...) bien supo que la había cagado, esto a milímetros de hacerlo, pero no lo consiguió, lo cuál significaría que en cuestión de minutos cuando, "Rolling Stones" saliese del shock inicial, vendría por sus cabezas.

¡AGH! ¡MIERDA!

Dijo mientras se ponía de pie en aquella vagoneta golpeando la pared de la misma, estaba bastante frustrado, sus puños temblaban mientras se contenía de seguir gritando, Holland y Thomas le veían con seriedad y preocupación, seguro uno de ellos iba conduciendo, fue entonces que el joven respiró algo agitado, añadiendo con seriedad.

Boss, si no hacemos algo ya, vendrá a por nosotros, drogado o no. Dudo que perdone el hecho de que le hayamos lastimado aunque haya sido su culpa.

Otra vez me encuentro en una situación así, debemos movernos.

Dijo ahora más calmo, cayendo de rodillas con sus puños sobre aquella superficie, los mismos temblaban con adrenalina, mientras se escuchaba como el motor se encendía. Acuchillar o estacar el corazón de un vampiro no le mataría, si no que le dejaría paralizado hasta que esta fuese removida, lo cual sería el mejor de los caso