Podemos buscar en otro lugar después, no quieres?

-llevó sus bolsas también para entregarlas al vendedor y pagar por ello, salió a su lado y metió la mano en la bolsa para tomar uno de los dulces y comer en lo que pensaba en alguna película-

Tal vez una animada o una romántica de esas que te gustan a ti... Jajaja

— De los mios no tienen. Son unos blanditos sabor fresa...

Dijo fingiendo limpiarse una lagrima con el puño. Bonnie llevó sus bolsas y se las entregó al vendedor, cuando acabó de comprar esperó junto a su amiga.

— En caso de que pudiéramos entrar al cine... ¿Qué te gustaría ver?

-recibió el chocolate con gusto, lo comió y después de fue tras ella , mostrándole la bolsita que sostenía con los caramelos duros que tenían centro blando-

Definitivamente estos! Y cuáles son los tuyos?

Observó a su amiga y entre risas acercó un chocolate hasta dejarlo en su boca.

— Este en forma de lunita es para ti. Y éste en forma de... ¿Cubo? Bueno es mío.

También introdujo un chocolate en su boca con la promesa de pagarlos después. Bonnie llena otra bolsa con caramelos y se dirige a pesar las bolsas.

— ¿Cuál es tu golosina favorita Sil?

-casi se le hace agua la boca al notar tantos aromas deliciosos y ver todos esos dulces en sus recipientes, Silvia no tardó en tomar una bolsa y empezar a llevarla de gomitas, haciendo caso a qué tal vez no volverían a salirse así en mucho tiempo. Dejó la bolsa casi llena en el mostrador y fue por otra bolsa que ahora llenaba de caramelos con centro blando y luego fue donde bonnie, abrió la boca y se señaló para que pusiese un chocolate adentro-

Uno para comer aquí, por favor!. Jaja

— Alcanza el tiempo, tú tranquila.

Al entrar en el local la puerta hace sonar una pequeña campana. El lugar olía bien, una mezcla de sabores que Bonnie no supo identificar.
En varios estantes habían frascos con diferentes tipos de golosinas; los clientes podían servir ellos mismos lo deseado en bolsas y pagar por el peso. Esto planeaba hacer la chica que ya estaba agregando bolitas de chocolate con una pinza a su propia bolsa.

— Ahh Sil... Debemos abastecernos porque quizás no podamos escapar nuevamente por un tiempo.

Mmm?

-se asomó después de ella al ver que sy compañera salía de detrás del muro, observó todo lo que ella decía con fascinación y después asintió repetidas veces, tomando su mano para llevarla hacia la tienda de dulces primeramente, obviamente había salido con algo de dinero del que le dieron sus padres antes de dejarla en el instituto así que había suficiente para gastar-

Vamos! Primero los dulces, luego la tienda de mascotas o el cine...o no sé, si alcanzamos a ver una película?

Bonnie miró a su compañera con una amplia sonrisa mientras intentaba recuperar el aliento. Se encogió de hombros, riendo por aquel acto de rebeldía que habían compartido.

— ¡A donde sea! Tenemos la ciudad entera.

Se asomó por el muro encontrándose con el movimiento de la ciudad. Tiendas abiertas, ruidos por doquier... Bonnie no acostumbraba a tanto pero se veía animada al salir de su escondite invitando a Silvia.

— ¡Mira! Una tienda de mascotas, una dulceria, el cine...

Wow ...

-ya apenas y pudo reaccionar cuando ya estaba corriendo tras su amiga quien prácticamente la arrastró. Entre risas siguió trotando tras ella una vez salieron de la propiedad mientras su corazón latía desbocado tanto por el trote como por la emoción de haberse escapado-

Ya voy, ya voy... Espérame!

-trató de alcanzarla y luego siguió su ritmo una vez la alcanzó-

No podemos ir en línea recta o nos veran fácilmente.

-le tomó de la muñeca entonces y dobló en la primera esquina para apoyarse contra la pared de un edificio y descansar unos segundos-

Por donde vamos ahora?

El hombre se marchó y tan rápido como sus reflejos se lo permitieron, Bonnie tomó a Silvia por la muñeca llevándosela consigo a través de el jardín floral. La soltó sólo al pasar la reja pero siguió trotando un poco más.

— ¡Vamos pequeña tortuga! La ciudad nos espera