— Si, le corté por los nervios...

Mira la pantalla también, luego el rostro de su amiga y le sonríe en señal de triunfo.

— ¡Si supieran que la mitad de las veces me escapo por tu culpa!

Pues... Es que soy la amiga esa que dicen "solo vas si va ella"...

-hizo las comillas con los dedos y rió, se acercó a ella y miró la pantalla del celular un momento antes de seguir hablando-

Colgaste ya?

Bonnie estaba tan nerviosa que incluso se veía pálida.
Pero mientras escuchaba la conversación de su padre y Silvia, la albina frunció el entrecejo confundida.

— ¿Qué fue eso? ¿Estoy perdonada?

Tomó el celular y volvió a preguntar.

— ¿Te creyó a ti y a mi no? (?)

Oh no...

-susurró apenas para ella y tomó el celular enseguida, carraspeo para aclarar su garganta y luego contestó-

Hola señor Roux! Cómo está?

-en silencio escuchó Silvia al hombre quién parecía estar regalandola, ella esperó su turno de hablar y se defendió-

No, señor Roux, como cree? Eso es falso! Bonnie y yo estamos en mi habitación terminando de pintarla. Quedó hermosa! Tiene que verla... Es más, le diré a Bonnie que le envie una foto más tarde...

-otro silencio y ella solo asentía. Reprimiendo la risa mientras miraba a Bonnie-


Si! Tiene una hija muy talentosa. Hasta luego!

-y enseguida le volvió a pasar el celular a Bonnie-

— ¡Silvia, Silvia! Sil...

Llegó hasta ella corriendo y le extendió su celular. Bonnie respiraba agitada, bajando su voz.

— ¡Es mi padre! ¿Puedes decirle que estábamos pintando tu habitación el otro día? ¡Alguien le avisó que nos vio en la ciudad y no me cree!