Abrió tanto sus ojos como pudo, su pupila se contrajo evidenciando el dolor y cólera que esas palabras habían causado, separó sus labios queriendo reprochar, gritarle que se retractara pero al verla oculta en esa ala, al verla con la cabeza abajo no fue capaz de recargar su egoísmo en ella. Frunció su ceño, cerró sus ojos y avanzó solo un poco extendiendo sus manos para rodear al ave entre sus brazos. Correspondiera o no, era lo que la wyvern deseaba hacer. — ¿Y que habríamos hecho las dos sin ti?. ¿Crees que Rhine la habría dejado a mi cuidado?. Habrían experimentado con ella de peores formas, la habrían acabado poco a poco hasta extinguir aquello que la vuelve tan especial...— Ifrit desde niña había demostrado un carácter curioso pero explosivo uno que en compañía de Silence y Saria podía mantenerse bajo control. — No me la quites...Silence. puedes vigilarme cuanto quieras solo permíteme verla. —

—¿En verdad te importa? Un poco más y la habrías matado...— Tenía en su corazón más dolor del que estaba dispuesta a aceptar. Ahora solo quedaban esos recuerdos terribles y sombríos, que le hacían estremecer cada vez que regresaban a sus memorias. Incluso se atrevió a contradecir el amor que sabía que Saria sentía por la niña que juntas habían criado. Había sido cruel, se arrepintió al instante, agachó la mirada y cruzó los brazos, el ala que reemplazaba su brazo izquierdo prácticamente abarcó todo su cuerpo, rodeándolo.

—No me habría importado dar mi vida por ella, ¿Sabes? Es lo menos que podría darle después de todo lo que le he causado...— Agachó la mirada.

En su pecho sintió el dolor punzante que sus palabras provocaban, su expresión enfureció un poco más provocando que incluso cerrará sus puños. — No te entiendo Silence, me ruegas porque regrese y ahora quieres impedirme ver una de las cosas que más me importan. Tuve que neutralizarla, solo yo puedo hacerlo...no iba a permitir que acabarás muerta a causa de eso. — Suspiró, suavizó su expresión y su cuerpo tenso se relajó solo un poco a causa de la resignación. — Me mantendré al margen, pero si Ifrit desea acercarse a mi yo voy a recibirla y sostenerla, no lograrás aislarla si eso pretendes. —

—No vuelvas a decir eso en voz alta. No te atrevas a mencionarlo otra vez.— Aquél día había sido una pesadilla. Se había dejado envolver por la ambición de Rhine Lab y no había día en el que no se culpara acceder a un experimento tan incierto. Se había dejado cegar por su deseo de ayudar al mundo, de salvar a su pequeña del destino que ambas sabían que le aguardaba y no midió las consecuencias de sus acciones. Pero Ifrit no lo recordaba, ella estaba en paz, y era su trabajo que así permaneciera. Al menos eso si lo podía controlar.

—...— Las plumas que adornaban su cabello se movieron ligeramente, agachándose al escuchar como Saria también la culpaba. —No voy a permitir que te acerques a ella. Se de lo que eres capaz si las cosas vuelven a salirse de control. Si yo no soy inocente, tú tampoco lo eres.

—¿No fuiste tú quien vigilaba cada vez que me acercaba a ella?, ¿No fuiste tú quien perdió el control provocando una masacre?. — Se giró y su fiera mirada se clavó en el ave, su entrecejo se arrugó cargado de molestia y su altura se manifestaba imponente frente a la científica. — Y no tienes idea de cuánto me arrepiento de haber estado de acuerdo. — Aún con todo el sentimiento que había enmedio de todo esto, no podía estar de acuerdo, no podía simplemente agachar la cabeza esperando ser perdonada por su partida. — He vuelto porque quiero proteger a Ifrit de tus errores y a ti de las consecuencias de estos. —

—¿Necesita ser consciente? Por qué te empeñas en lastimarla, Saria? Es una niña.— Se apartó un par de pasos, esa mujer tenía el corazón tan duro como el escudo que usaba en batalla. ¿Cómo es que una vez había podido?... Cerró los párpados con fuerza durante un par de segundos. —Estabas de acuerdo al comienzo. Tú mejor que nadie sabes que hay cosas a las que simplemente no se les puede dar marcha atrás.

¿No importarme?.
Si había algo que detestaba era la manera en la que experimentabas con ella. ¿Al menos ella es consciente de lo que le estás haciendo?. —
Ni siquiera se digno a levantar la mirada o girarse para ver a Silence. — ¿Para que me necesitabas?, ¿Para ser parte de tus experimentos?. —