SigridRussoftSchumann

-Esa mujer ciertamente era enigmatica, habia escuchado por parte de algunos aldeanos que ella pudo ser la causante de toda la destruccion que tomo lugar sobre el pueblo donde vivian, pero claro el no era supersticioso, no podria echarle la culpa a una sola persona de una invasion que probablemente fue pre meditada por un grupo de guerreros sin escrupulos.-

-Su mirada bajo hasta los cuerpos de los niños, apreto sus labios unos instantes, en verdad, ver infantes morir era algo que le afectaba en lo mas profundo de su persona, despues de todo, eran niños que este debia proteger, pero fue incapaz de permitirles sobrevivir. Luego de ello retomo su habla con la desconocida.-

Quien eres? Jamas te vi por estos lados.

-No le mencionaria nada conforme a la invasion, pero ciertamente le causaba intriga.-

-Sus esfuerzos por salvar a todos en el pueblo parecian lentamente ir siendo casi en vano, la guerra tomaba a mas personas de las que este podian salvar, hombres, mujeres y ancianos caian muertos a manos de varios de los barbaros, mas de los que Takeshi era capaz de proteger. Internamente una furia le carcomia, un enojo para con aquellos que lastimaban a los inocentes pobladores de su hogar, el varon tenia un fuerte sentimiento de justicia, y verse impotente ante todo le hacia rabiar.-

-Casualidad o destino, la voz de algunas personas lo hizo volver su mirada hacia una figura que este no pudo ver con anterioridad, una especie de mujer la cual se desconocia de donde habia salido; por unos instantes llego a pensar que los que la culpaban podrian tener razon, incluso estaba listo para enfrentarla cuando pudo ver su actuar sobre los infantes que habia salvado anteriormente, muertos en manos de uno de los invasores.-

-Internamente, estaba destrozado pues no habia podido salvar a los menores al final de cuentas, fue acercandose hacia la figura desconocida, mas que nada porque su actuar con los fallecidos le llamaba la atencion, parecia una madre dolida ante la muerte de sus hijos. Apreto los labios, tratando de no romperse para luego de ello, expresar unas cuantas palabras.-

Los conocias?

-El nunca la habia visto antes, mas ello no seria estorbo para tratar de saber, principalmente para desmentir o confirmar lo que anteriormente habian dicho los pobladores.-

-Una guerra habia dado inicio, una que sumiria a todo el poblado en el caos y la desesperacion ¿Porque? ¿Cuando? muchos solo podian preguntarse eso mientras la guerra consumia poco a poco el poblado, siendo una batalla completamente perdida para todos los que protegieran el lugar. En medio de la batalla sin esperanzas, unos niños estaban huyendo, hermanos que buscaban ayudarse para alejarse del lugar, algo peculiar con ellos serian sus cabellos, negro el del niño y blanco el de la niña.-

-Cuando parecia que estaban por escapar, un soldado, un barbaro el cual alzando lentamente su hacha se dispondria a asesinar a los menores. Un corte y una hilera de sangre salieron despedidos al aire, junto con la cabeza del barbaro la cual impactaria violentamente sobre el suelo. Un hombre de cabellos largos habria sido el que asesino al barbaro, dejando caer su cuerpo al suelo igualmente.-

¿Estan bien? -Volvio su mirada sobre los menores, tras revisarlos soltaria un suspiro de alivio pues no habia daño sobre ello.- Vayanse -Luego de asegurarse que lograrian irse, el espadachin cargaria en contra de otros soldados los cuales igualmente se disponian a quemar casas asi como eliminar pobladores.-

-Su nombre era Takeshi, un guerrero que fungia como unico luchador apto del poblado, y claramente, su defensor. No podia hacer mucho mas que luchar por si solo contra los barbaros, ayudado por alguno que otro que se sumaba a la lucha.-

Cuando tú tengas novio, yo tendré novia (?)

-Todo era hermoso, había llevado a Sigrid a su lugar más cómodo, la cobijó en su pensamiento y poco a poco le arrancó la felicidad que ella conservaba en su frágil alma, Ezra solo se alimentaba de tanto dolor y sentimientos negativos que corrían de la azabache, aparecía una y otra vez el eco de su voz por todos lados

—Has besado a tu hermana la glotona, ¿Acaso has bebido la sangre de tu hijo? De seguro te encantó JAJAJAJAJA.

La reacción del vómito no la esperaba, pero ese deseo por verla sufrir más, hacerla más miserable de lo que ya era estaba demasiado latente en sus sentidos y por más que buscaba una manera de calmar un poco esa sed de sadismo que había nacido en él, no lo lograba, simplemente podía reírse de la situación que se había creado frente a sus ojos, llevó sus manos hacia los costados, metiéndolas en las grandes bolsas de su guardapolvos y bostezo sin siquiera cubrirse la boca, se paró detrás de la ilusión de Adam y con un solo pasar de su mano el escenario cambio, las sombras se volvieron pedazos morados y negros de carne mal masticada y de su boca salió una voz gutural proveniente del mismo inframundo.

—Mamá ¿Por qué, porqué me duele tanto? Mamá, sálvame por favor

Y así como si nada, se fue deshaciendo como si representará el paso de los alimentos por el ácido gástrico que todo ser vivo contiene hasta hacerse una masa que solo tenía boca y ojos, los cuales reventaron en un asqueroso líquido blanco.

—Vaya espectáculo y lo mejor que puedes hacer ¿Qué es? ¿Suplicarme que te mate? No estoy de humor para eso, necesitas hacer algo más para lograr tu muerte ¿Qué me dices? Puedo prestarte un poco de mi poder, claro está a cambio de algo, son embargo antes de exigir quiero saber… ¿Qué es lo que estás dispuesta a darme a cambio?

Se acercó aún con las manos en sus bolsillo, hurgo en el derecho y sacó un pañuelo de fina seda liberándola de aquellas sombras que la mantenían atada para después pasar el pañuelo por su boca con la intención de limpiar cualquier hora de vómito que haya podido escapar de sus rojizos labios con delicadeza.-

Como digas, Sigrid, realmente eso ya no importa más, en fin, te estaré esperando cuando quieras.

Típico de tí, Sigrid, cada que te daban en el orgullo huias, veo que no has cambiado, intenta llegar a mí que me encargaré de encerrarte en el mundo onírico personalmente.

Jamás intentaría ocupar el lugar de mamá, que vergüenza, intentar culpar a los demás de tu falta de juicio, la que dejó a Adam con Brigit fuiste tú, tú la entregaste a sus manos, todo por tu falta de capacidad para enterarte de las cosas y hablas de actos? Ustedes eran demasiado débiles y por eso me mandaron al letargo, Indra y Adler no tuvieron problemas con mi esencia.