Porque habría algo que me guste más que Pollux, no bromees Humano, no hay nada que quiera más en este mundo que no sea Pllux, así que si ya terminaste de hacer preguntas idiotas entonces quítate de enfrente y conoce tu lugar Humano!!
Recuerdos de aquella fatídica noche, lo único que podía recordar era ese infierno de escombros incandescentes que cubrían su cuerpo, “es que acaso es así como voy a morir?, nunca nadie me enseño a lidiar con estas cosas, mis amigos, mi familia, todo lo que conocía desapareció de un momento para otro” esos eran los únicos pensamientos del pequeño, no tenía fuerza nisiquiera para llorar, no le quedaba nada ni nadie, así que lo único que puso hacer fue cerrar los ojos esperando su inminente final. O al menos eso pensaba poco a poco sentía como su cuerpo comenzaba a sentirse más libre, era acaso que murió ya?, no, nada de eso, aun podía sentir el calor que ese infierno en vida ejercía en él.
Sentía como su cuerpo era jaloneado fuera de los escombros con poca delicadeza tomándolo por una de sus mangas de quella sucia sudadera que ahora portaba, sin duda le estaba salvando la vida, poco a poco el pequeño abría los ojos viendo así una cabellera dorada y una penetrante mirada color carmesí, si ese era un ángel que le salvo entonces era hermoso. No obstante aquella dama se había ido, al parecer ella lo saco de ahí pero sobrevivir ya dependía de él, sin más trato de ponerse de pie pero casi no lo lograba, le costaba respirar pues el humo evitaba que pudiera jalar aire a sus pulmones, tomando su costado derecho con el brazo izquierdo comenzó a caminar sin dirección alguna.
No paso mucho tiempo hasta que alguien le encontró, era un cura con una mirada vacía, valla su mirada no se diferenciaba mucho de la suya, este hombro lo tomo en brazos y se lo llevo con él, no sin antes dedicarle una última mirada. Desde ese momento el pequeño fue adoptado por este hombre, no tardaría mucho para saber que en la iglesia también estaba esa mujer que le salvo, su ángel, ambos tanto ella como el cura le salvaron la vida y estaban dispuestos a criarlo, claro que la mujer no paraba de burlarse de el por lo mediocre que era, pero eso no importaba, para el pelinaranja eran su familia.
Una voz llamo la atención del ahora joven cura, era esa mujer, su ángel y por ende su ser más amado junto con Kirei, le preguntaba que tanto hacía para no prepararle la comida, este solo sonrió con una alegre sonrisa que demostraba todo el cariño que sentía por ellos. Este tan solo se levantó de aquella banca y a paso tranquilo se acercó a la dama, colocando sus dedos índice y pulgar en la barbilla de su contraría tan solo para observarla con gran amor y decir le. –Yo siempre estaré para cumplir tus deseos mi querida Reina, porque siempre serás la razón por la que siga adelante por el resto de mi vida – Se separó nuevamente de ella tan solo para seguir con aquella sonrisa tan brillante tan solo para decirle sin aun voltear a verla.
--Espera un poco por favor, te prepararé algo digno de tu paladar mi Reina. . . .
