—Odio este clima... —Murmuró bajo, prácticamente inaudible por la ventisca helada que los rodeaba. Ayudó al otro a entrar en ese frío lago, sosteniendo su cuerpo con firmeza, esperando que tanto el agua como el frío lo revitalizaran—. Con esto debería retomar la consciencia... —Lo hundió en el lago frío, al principio cuidando de no meterse por completo en el agua, pero eventualmente adentrándose poco a poco también.
Con un roce de sus labios le hizo soltar su inferior antes de atraparlos en un beso carente de toda timidez, en el que no tardó en invadirlo con su lengua.
Podía sentir el miembro ajeno rozar su abdomen caliente y sus piernas abrirse, por lo que instintivamente movió sus caderas entre ellas, rozando su miembro ya duro, pero cubierto, contra su entrada. La sola sensación lo estremeció.
—A que he sentido atracción por ti desde el primer momento, y si no fuese por el daño que te haría, te follaría ahora mismo... pero no quiero lastimarte.
