—Realmente lo he tenido peor otras veces, Lune... —Le aseguró y buscó con la vista un lugar resguardado, que no fuera el medio del campo en el que habían peleado, si bien ahora sólo había cadáveres.

Al ver una cueva no muy lejos, se encaminó a ella a paso calmo y firme, y ya dentro de ella, soltó la espada a un lado y procedió a quitarse pieza por pieza de esa armadura negra, hasta revelar una herida grande y bastante profunda, aunque no mortal, ubicada entre su pecho y su abdomen, atravesándolo de lado a lado. —Agh... —Se quejó apenas—. Es sólo otra más para la colección. —Refiriéndose a las numerosas cicatrices que adornaban su torso, sus brazos y su espalda.

-Se nuevo el rojo llamó su atención, pero está vez de manera alarmante, ver la herida de Shaitan a través de su armadura le provocó un terrible escalofrío, tuvo que contenerse para no entrar en pánico-

Tenemos que tratarlo pronto, quítate eso y déjame ver que tan grave es -Aun si le asegurase que era solo un rasguño no quería arriesgarse a algo peor-

Se sintió tranquilo al saber de su bienestar, pero en su abdomen había un dolor punzante. Bajó su mirada y se encontró con una mancha prominente de sangre, que se notaba a pesar de su armadura negra.

—También es un rasguño, pero debería curarlo antes de que infecte.

-Ante su pregunta cayó en cuenta nuevamente en la situación, dejó de acariciar su cabello y dio una revisión rápida a su estado, todo parecía estar normal, salvo la suciedad de su ropa y quizás algunos rasguños- Estoy bien, no tienes que preocuparte.

-Esbozó media sonrisa, se había distraído por el color de su cabello- ¿Tú estás bien, Shai?

Ese rasgo en su cabello, el rojo intenso, era señal de una furiosa violencia. Al rededor de ambos solo había destrucción; pero al menos ambos estaban en pie.

Al sentir su toque, se volvió hacia él, genuinamente preocupado. —¿Te encuentras bien?

-Pasa sus dedos por el cabello que cae en la espalda ajena-