Si, sin duda era el aroma de la justicia. Una chica no puede despedir ese potencial tan lumínico. Alguien cómo Luka, que se impregna en oscuridad, es propenso a sentir esa clase de presencias. La verdad es que se le hizo demasiado curioso , y cómo gato no dudó en venir a verle. Ya con su rostro descubierto, simplemente se cruza de brazos carraspeando la garganta.
—Hm .. no, no soy nadie. Soy un fantasma ¿Contenta?—
Por alguna razón le recorría un nerviosismo, así que intentaría caminar muy lentamente para alejarse.