—¡Uy, Seiya, compórtate! ¿Qué eres, una niña pequeña?— No obstante, amaba cada uno de sus pequeños chillidos. Ah, en este punto de su relación, tan solo quedaba cuestionarse quien era realmente la tonta enamorada. Si Seiya por estar siempre detrás de ella, con actitudes tan traviesas... O ella, por caer en cada uno de sus encantos.

Tan solo puede quedarse buscando el toque ajeno. Deslizando suavemente su nariz por la mejilla, inhalando su dulce aroma. Besa con suavidad, es inexperta en el amor; jamás experimento un contacto tan físico, lo máximo fue pequeños toques en la mano. Sin embargo, parece que con Seiya, está aprendiendo demasiado rápido. —Seiya-chan. —Pronunció su nombre con suavidad; empeñando toda la miel de amor al saborearlo en la lengua, Seiya, que perfecto nombre para una estrella.