—¡...! —Siempre le toma de improvisto. Solo cierra sus ojos para recibir el mejor regalo que anhela una doncella enamorada. Ojalá, este instante de ensueño sea eterno, aunque sea en sus memorias.
¿Por qué siempre sucede lo mismo? Con tan solo una mirada tuya siento que mi corazón estallará de felicidad por un instante de atención. ¿Qué se supone que debería hacer con estos sentimientos? —Andas muy callada el día de hoy. —Susurra bajo la luz nocturna. La pacífica armonía que se tiene no se ve todos los días.