Anonadada por las acciones contrarias, volvió a acariciar su cabello azabache con tranquilidad. Compartían uno de sus muchos temores. Había mil cosas que podía decir pero, quería que ambas se sintieran seguras de su propia relación.
Apoyó el mentón en la cabeza cerrando sus ojos y exhalando profundamente. —Verás... Seiya. Desde que entraste a mi vida, creo que ya nada es completamente igual. —Suspiró ladeando la cabeza. —Ni ir a comer a un restaurante o ir al zoológico, todo está impregnado de ti. Sinceramente, si esto es un sueño, sería el mío por tenerte entre mis brazos.
-No digas eso, no me intimidas, es solo que, ayy, tu sabes, es que...- Infla las mejillas y vuelve a esconder su rostro en el pecho de Usagi.
-Es que estar contigo asi es tan magico que parece ser un sueño y a veces tengo miedo de despertar.- Lo dijo, le costo pero sin levantar su rostro logro ser sincera sobre su mayor temor.
Ahora que lo menciona si que sería un extraño y asombroso triángulo amoroso, ¡no sabría a quien elegir!
Acercando un poco más su rostro al contrario, murmuró. —Bueno, mi querida guerrera, que bien que es un dos por uno, ¿verdad? —Acarició algunos cabellos sueltos de la coleta de su amada juguetona. —...Lo mejor de ambos lados. Hm.
Rio un poco ante las reacciones de Seiya, permitió que se escondiera en su pecho. —Nee, nee~ A veces, pienso que te estoy intimidando. Hm, tal vez, debería tomar la iniciativa más seguido.
-Seria un interesante triangulo amoroso no crees?-
Mira hacia arriba y mueve la mano hacia un lado. -Hermano y hermana, enamorados de la tierna jovencita. Que te parece, el trovador, la guerrera y la princesa.-
Seika se mostraba bastante picara pero su debilidad siempre era cuando Usagi tomaba el control, era algo que hacia temblar a su corazón. Ser jalada de la chamarra le hace sonrojarse, tiembla un poco esconde su sonrojo en el pecho de Usagi.
Vivir con Seiya era una vida de constantes riesgos. Negó varias veces con la cabeza, algunos besos se derramaron en su cuello hasta su mejilla. Sin embargo, se dejaría mimar cuantas veces quisiera, se lo merecía. —Ay, ajá. ¿Y no tienes miedo que te digan que le estás "bajando" la novia a tu hermano? —Bromeó con una ceja alzada interrogando sus travesuras.
—¡Vaya, eres más pícara de lo que pensé! —Jaló un poco de la chamarra juguetona. Oh, bueno, si se metían en problemas, se las arreglarían para salir de esto juntas.
Son de los que adoro. -Mira a su alrededor.- Si nos vieran haciendo esto dirian que somos un par de rebeldes. -Le toma de la mano y tira de esta con lo que Usagi termina sentada en las piernas de Seika.-
Jiji, si ya piensan que Seiya es un rebelde, no veo porque no deba serlo su hermana. -La llena de besos.-
