¿Y las demás también? A las Servants femeninas les dan una cama más grande y cómooda... - responde con un deje bromista a pesar de haberse quedado varias veces en aquella habitación. Buscaba alejar esos malos pensamientos con la sonrisa que le caracterizaba y con el confort de su pareja.
Buscaba poder asimilar esas memorias como parte suya y seguir adelante. Usarlos para volverse más fuerte. Solo en compañía de su mentora... aquél albino que nunca debió ser, se sentía más y más humano.
Shi...shishou!!! - es demasiado tarde. La dama de las sombras se mueve muy rápido, casi como una reacción natural. La suavidad de la cama le invade y de inmediato otro tipo de sensación cálida, reconfortante y familiar
[ Ella... huele tan bien como siempre ] - se dijo así mismo
Se sentía como un niño dejándose malcriar de semejante manera. El brillo en sus pupilas regresa a sus entrecerrados ojos y se asegura de respirar un poco a pesar de la dificultad de aquella posición.
Scathach... No sé si merezca ser consentido de esta manera ¿sabes? - dijo con peculiar familiaridad. Aquella que solo en privado en muy contadas ocasiones suele salir.
-Rapidamente entendio lo que ocurria y se levanto tomandolo a el del cuello, obligandolo a caer en la cama junto a ella-
Solo es una pesadilla...es normal...pueden hablar del pasado...del futuro...de nuestros miedos...no puedes hacer nada ya que entonces eras algo diferente
-Sus brazos le rodean y su rostro se acomoda entre los pechos de ella-
Solo descansa...pasara ese malestar...el pasado no puede ser cambiado...puedes hacer un mejor futuro
Las muertes que vi... no eran dignas. Como animales la matadero, uno por uno iban perdiendo la vida por el filo de las armas. Sus gritos agónico calmaban piedad con el llanto de niños y mujeres. La noche en que el clan Adachi dejó de existir...
No es... na... - empezó a decir forzando una sonrisa, pero se detuvo y camino hasta donde estaba ella. Con el reverso de su mano rozó su pierna expuesta con los ojos repletos de melancolía.
Ni el mismo tenía en claro la pesadez que se cernía sobre sus hombros y le hacían sentir de aquella manera. Solo un par de palabras que repetía una y otra vez.
Tuve un sueño. Usualmente los sueños son interceptados por Fujimaru-dono... pero esta vez no fue así. Reviví un momento de mi mis memorias: uno de las tantas manos que portaron esta espada... ahora que tengo conciencia y pienso en mis acciones... vi como me usaban manchando mi honor y sin poder hacer nada al respecto
-Habia sido un extraordinario dia, acabo sus misiones antes de tiempo por lo que se dio el lujo de descansar un poco. Escucho la puerta y solo sintio emocion al pensar que su aprendiz estaba buscndo por ella en esos momentos. Pero lo que vio cambio su rostro a preocupacion-
Parece que no querias encontrarme...pareces en mal estado...¿Ocurrio algo?
-No estaba al tanto de si habia tenido misiones pero no era el caso hasta donde sabia ¿Habia algo mal en sus revisiones? No entendia-
La puerta se abre. El albino llega a la habitación de su mentora. Se supone en los registros que se encuentra obteniendo materiales en una misión: es perfecto, no quiere que le vea como se encuentra.
Luce en perfecto estado pero con pesadez en su cara, algo muy extraño en él.
Enciende la luz y lo primero que ve es la figura semidesnuda de su maestra, la cual parece haber despertado por el sonido de la puerta deslizable...
-Mira para todos lados, observa que Tsurumaru no está y sin más le deja una buena nalgada a la mujer. Tras ello huye como el "corre caminos", no se va a arriesgar a quedarse y perder la mano.-
