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Sc1558098 · M
@Ƒɩανяσѕ ᴳʳᵉᵃᵗ ᴰᵘᵏᵉ ᵒᶠ ᴴᵉˡˡ: El atrevimiento del contrario dio inicio para Satanachia justo en el momento en que se dignó a errar en su dirección. Está de más agregar la expresión que sostenía en su rostro, como si fuera un espejo del mismo disgusto que Flauros mostraba. El veneno saltaba ya de su lengua en forma de palabras cuando su cuñado se ridiculizó en lo que él consideraba un grotesco baile. En un día ordinario, cualquiera que se acercase a tan corta distancia ganaría el peso completo de su ira. La sorpresa había sido tanta que sus pies no fueron capaces de desplantarse del suelo, congelado en su lugar. La detestable voz del otro fue la única acción que agradeció Flauros haya hecho en su vida, pues de esa manera pudo recomponerse.
-No culpes a mi hermana de tus deseos homosexuales por mí. -
Dicho eso con el mayor desagrado que le fue posible, estiró la diestra hacia él y aplicando una ligera cantidad de fuerza sobre el centro de su pecho, lo empujó.
-No culpes a mi hermana de tus deseos homosexuales por mí. -
Dicho eso con el mayor desagrado que le fue posible, estiró la diestra hacia él y aplicando una ligera cantidad de fuerza sobre el centro de su pecho, lo empujó.
Fl1558148 · M
|| Retos del mal.
Había algo en su mirada que recordaba a los depredadores, afilada y concisa, cuando la clavó en su cuñado. Se aproximó con un andar parsimonioso, aunque su rostro era una máscara de impavidez; solo destacaba el brillo amenazador de sus pupilas, evidenciando el desagrado, pero debía cumplir el capricho de Chordeva. Así, hallándose a un metro de Satanachia, se detuvo antes de comenzar a imprimir un movimiento de caderas sincopado, cadencioso, al ritmo de una música imaginaria que lo guiase. A cada nuevo vaivén la distancia entre ambos se agotaba, llegando al punto en que casi parecía querer restregarse con el cuerpo ajeno en cada nuevo lanzar de su pelvis. Adelantó la mano derecha y la colocó - solo dos dedos - sobre el hombro del mismo lado de su víctima; y, clavando su vista en la opuesta, susurró, mientras demarcaba el perfil del brazo ajeno en un lento andar cuesta abajo.
Culpa a Deva de esto... Y a tu pinta de señorita.
(?)
Culpa a Deva de esto... Y a tu pinta de señorita.
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