-Al escuchar aquello, el conde giró su mirada hacia la vampiresa, con un semblante de disgusto disfrazado de seriedad. Acto seguido, aquel cuya vista relucía por el brillar del zafiro de su ojo descubierto; llevó la diestra hacia una mora azul que decoraba su abdomen, junto con la escena decorativa de frutas y salchichas que reposaban sobre él. Devolvió su brazo con la mora en la mano y la llevó hacia sus labios para degustarla, conservando ese aire de prepotencia y estoicismo. Me pregunto quién es el que no puede vivir sin el otro. ¿Estás en posición de decir eso? Lo que yo tengo se llama conexiones, y un humano no me sirve a mi lado~