Observo de reojo como la pelirroja se encargaba de ello y también hasta que por fin se despegaban el uno del otro, era hora ya que lo hicieran, pensó por un momento que ella no podría caminar, pero si que lo hizo, vio como el niño se asomo por la puerta, pero había algo diferente en él, ¿qué era?, cuando vio a su madre se abrazo a ella pero aún así seguía llorando, algo no andaba bien.
Si, el mono podía ser lindo cuando quería, eso era una sorpresa, después de todo había visto llorar a Misaki, y no iba a dejarla así. Fue entonces que lo sintió abrazarse a él y sus labios se volvieron a fusionar, claro que le correspondió incluso lo abrazo también y ya en un momento estaban ya todo más tranquilo.
- Me alegra oír eso. — Dijo satisfecho y se quedo abrazado a él, ahora que lo pensaba era un poco raro que estuvieran de esa forma, después de todo había conocido a Misaki como una chica. De cualquier forma lo atrajo hacía él y se acurruco. -Buenas noches Misaki, te amo. — Le dijo y se quedo dormido casi al instante, para la mañana siguiente todo sería normal de nuevo, lo que si, Misaki volvería a ser planta otra vez.
