Observo de reojo como la pelirroja se encargaba de ello y también hasta que por fin se despegaban el uno del otro, era hora ya que lo hicieran, pensó por un momento que ella no podría caminar, pero si que lo hizo, vio como el niño se asomo por la puerta, pero había algo diferente en él, ¿qué era?, cuando vio a su madre se abrazo a ella pero aún así seguía llorando, algo no andaba bien.
-Lo miraba sin ninguna preocupación, con esa mirada neutral de siempre, así, como era el mono, pero también, era esa expresión diferente de la que le hacía a los demás, era más bien, una expresión de despreocupado que solo podía tener con Misaki.
- Si te sientes mio en tu corazón, lo demás no importa. — Le dijo aquellas simples palabras que guardaban una profundidad inmensa. - Si alguien te mancha, entonces yo... — Estiro su mano y se apoyo en su brazo para poder medio levantarse y verlo. -Yo seré el que te limpie, te llenaré de mi las veces que sean necesarias. — Le menciono el joven azul pasando su dedo por su labio.
