Misaki si que era traviesa, le encantaba jugar con la mente de saruhiko, y claro, el no se negaría para nada a sus deseos. A la par que sintió su mano por debajo de su camisa se apego a ella y empezó a besarla, primero eran besos cortos, luego empezarían a ser más duraderos.
— Mm~ eres traviesa, Misaki~ — Murmuro el azabache mientras besaba a la pelirroja, luego una de sus manos empezó a retirar los pantalonsillos que ella tenía puestos.
— Mmm~ Misaki... Misaki... Misakiii~ — Sentía que el calor aumentaba por cada caricia por cada momento que estaban pasando juntos. ¿Cómo podría evitarse sentir eso frente a la persona que lo enloquecía? Su lengua no podía evitar deslizarse con más ímpetu y ahora su boca se abrió un momento para ir con todo el descaro a beber directamente de su pecho.
— Mmm~ — Mientras estaba succionando el pecho de misaki sintió como la otro apretó su glúteo, lo cual hizo se se erizará un poco y ligeramente su cuerpo reaccionará, era la primera vez que sentía que misaki hacía eso, pero no le desagradaba, si quería tocar, podría hacerlo, después de todo, todo de él le pertenecía. Sus ojos volvieron a cerrarse y una vez ambos estuvieron descubiertos de sus zonas bajas junto sus caderas apegando sus entrepiernas; claro, no aguanto las ganas de empezar a moverse entre ellas.
