100+, M
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DBs1528422 · M
O.R: Bienvenido, el antiguo dueño ha dejado la cuenta por si mantenía relación alguna con el , iniciaré con mi turno.
Esa noche, esa en especial, salía como si nada, no había visto su reloj ni avisado en casa, como si algo fuera de su hogar lo llamase, salió sin mas, vestía unos vaqueros ajustados, una camiseta negra y un sweater azul marino sobre aquella camiseta, iba entretenido, con la mirada en aquellas botas casi militares como si cuidara que sus pies no se enredaran, entonces se detuvo.
Ahí estaba frente a el, aquel parque de niñez, con los árboles desnudos y el viento helado de otoño que le cobijaba el cuerpo, algo le hacía sentir nostálgico, extrañaba las creencias de pequeño y más aún los cuentos nocturnos de su madre. Arrastró los pies hasta llegar a un columpio, ahí se dejo caer y viendo la nube de vaho que le salía de entre los labios levemente abiertos, cerró los ojos y dejó que aquellos recuerdos lo inundaran.
Después de unos largos minutos abrió los ojos, sus labios se separaron un poco y susurró para si.
—Que frío...— Levantó el rostro, ligeramente, y se dedicó a observar el cielo estrellado, esperando ver algo extraordinario.
Esa noche, esa en especial, salía como si nada, no había visto su reloj ni avisado en casa, como si algo fuera de su hogar lo llamase, salió sin mas, vestía unos vaqueros ajustados, una camiseta negra y un sweater azul marino sobre aquella camiseta, iba entretenido, con la mirada en aquellas botas casi militares como si cuidara que sus pies no se enredaran, entonces se detuvo.
Ahí estaba frente a el, aquel parque de niñez, con los árboles desnudos y el viento helado de otoño que le cobijaba el cuerpo, algo le hacía sentir nostálgico, extrañaba las creencias de pequeño y más aún los cuentos nocturnos de su madre. Arrastró los pies hasta llegar a un columpio, ahí se dejo caer y viendo la nube de vaho que le salía de entre los labios levemente abiertos, cerró los ojos y dejó que aquellos recuerdos lo inundaran.
Después de unos largos minutos abrió los ojos, sus labios se separaron un poco y susurró para si.
—Que frío...— Levantó el rostro, ligeramente, y se dedicó a observar el cielo estrellado, esperando ver algo extraordinario.