SaintGermain

- Si, un poco. -Mencionó la niña mientras bajó de los brazos del joven y aproximándose aquel río de aguas cristalinas quedando en la orilla de éste. Acto a seguir, Sapphire se sentó sobre una gran piedra, luego retiró con cautela sus zapatos y calcetas dejando al descubierto ambos pequeños pies, mismos que adentró al poco tiempo en las gélidas aguas que corren y golpean entre las piedras.- - ¡KAi, mi príncipe, el agua está muy fría pero se siente bien! -Alzó la voz llamando a su querido mentor, caminando y adentrándose poco a poco entre las aguas sintiendo las pequeñas piedras húmedas entrelazarse en sus deditos.- -K-kai... -Momentáneamente volteó a él, descuidando su postura y resbalando torpemente cayendo de "sentón" sobre el agua y mojando toda su indumentaria y rizada cabellera, sin embargo, Sapphire simplemente dejó escapar una risotada de gracia mezclada con diversión, olvidándose de todo lo sucedido, comenzando a mover sus piernas y brazos quedando entre la merced del agua y la baja profundidad de aquel riachuelo.-

*Literalmente, se estaba divirtiendo bastante, importándole poco si traía sólamente aquella y única indumentaria a la cual se le había borrado los últimos vestigios de sangre propiciado por la menor, justamente por defender a su querido príncipe.-- ¿Kai? -Le llamó al último, sin retirarse del agua a la cual estaba casi sumergida y ahora estirando sus brazos hacia el joven.- - Vamos, ven a jugar, después podemos llegar a ése sitio del cual me hablaste. -Indicó la menor despreocupada de la situación, aunque si bien se sabía que ésos lares son tranquilos, no siempre es conveniente mantenerse en un mismo lugar por mucho tiempo, especialmente si hay seres celestiales que rondan por ahí, aunque para suerte de ambos, aquel antiguo y exótico lugar no estaba lejos de su ubicación.- - ¿Kai? -Sapphire se levantó, caminando con un poco de dificultad por la pesadez de su indumentaria y el agua, quedando a escasos metros del muchacho al que parecía estar perdido en sus pensamientos sin abandonar el apacible gesto que siempre le caracteriza. Por último, simplemente le observó sin salir del agua, y sin más, esperó respuesta.-