Se dejó golpear, como si aquel gesto no hubiese significado algo, incluso pareció imperturbable ante sus palabras o expresiones; tras escucharlo, solo se limitó a dar un resoplido, como si tuviera delante a un niño aferrado en vez de un adulto.

—No es que dependa de alguien más fuera de mi o mi propia maldición. Nadie, más que yo, tiene derecho sobre mi propia muerte, llegará cuando deba llegar y no pienso evitarla cuando sea así. He peleado demasiado en mi vida, hay pocas cosas de las que realmente me arrepiento... Y estoy seguro de que mi muerte, en este punto, no será irrelevante. Eso me tranquiliza y me permite marcharme con calma.

Había mirado hacia la pared contraria a dónde su compañero se encontraba. Era imposible que él pudiera hacer algo por ayudarle, era muy claro, y no quería decírselo porque solo le haría caer culpa en su vida.

—Digamos que... Solo acepté el inminente fin, pero eso no quiere decir que me tirare a esperar a que venga.

Tomo Una cuchara y sin mas golpeo su cabeza xon ella para luego retomar su postura y continuar moviendo el estofado con otra cuchara limpia – no voy a dejar que Mueras, no te mereces descansar a un, tienes que pagar todo el tiempo que no estuviste además de que ... – iba a decir algo más pero guardo silencio comenzando a servir el estofado para ambos — Además no puedes morir, eres un guerrero fuerte, esa maldición no puede acabar contigo, si la guerra y la espada no pudo, nada lo hará – suspiro poniendo una cuchara para ambos y comenzando a comer.

Es mucho más fuerte. Un hechizo nacido del rencor y el despecho. —Se tocó la camisa holgada, algo bajo esta. —Es un hecho que no voy a detenerme. Voy a seguir adelante hasta que mi cuerpo caiga en el suelo inherte.

Se limitó a mover la cabeza un poco. Lo último que quería es que se inquietara de esa manera, pero tampoco podría mentirle, lo cual realmente era malo, y tampoco podía guardar ya el secreto.

—Ya hemos hablado con Merlin en Camelot, me temo... Es un hechizo que solo el tiempo puede eliminar, o que su causante lo borré por completo, pero la bruja fue decapitada por el mismo Arthur sin saber lo que había causado. Así que solo tengo que aguantar hasta que el hechizo se disipe, pero, como podrás contemplar... Mi cuerpo se está debilitando sin remedio.

Finalmente se había retirado el peto metalizado que cubría su pecho, y su aliento se recobró un poco tras el peso abandonado.

—Es un veneno el que recorre mi cuerpo. Ese aroma floral que percibes es solo un remedio provisional dado por la dama del lago. Pero... Ya vez.

Por un segundo su mano trastabillo e hizo que el cuchillo se deslizara súbitamente hacia la tabla casi cortando uno de sus dedos... contuvo el aliento por uno segundos y después continuo cocinando y pensó rápidamente en que responder, mientras tanto sus ojos se habían hecho pequeños.

— Esa hacha fue ... la que me dejo el Caballero verde; ese que inminente mente parecía que iba a darme muerte, pero aveces los destinos cambian, No se cual era tu camino, pero si has llegado aquí es porque así lo ha querido, quizás sea hora de volver a casa, y hablar con viejos amigos, quizás es hora de poner todo en claro, pero te aseguro que de lo que aun no es hora, es de llorar tu muerte —

Vertió todo lo cortado en una cacerola y comenzó a ponerlo en agua y fuego lento en el Fogón y lo puso lentamente para que con cuidado se terminara de cocer.

— Creo que es tiempo de Volver a Camelot; la Sabiduría de Merlín, eso lo necesitamos —

Se había dejado caer sentado en uno de los bancos que se encontraba por allí, dando otro suspiro pesado; guardó silencio unos momentos, tan solo escuchando las palabras del caballero y el sonido de la preparación de los alimentos, un sonido que no sabía que había extrañado. Contempló aquella arma que ahora poseía durante unos momentos, sin extrañarse del todo por ella.

—¿Y esa hacha? —Cuestionó, poco después de su última pregunta. —No pensé que eras de hachas. Parece una reliquia muy aparatosa. —Se llevó la mano a su pecho, buscando su prenda entre el peto y las prendas debajo.

Dudó un poco en contestar, pues no era tema fácil para si el que su propio final estuviese tan cerca; tras unos segundos de silencio, encontró el collar que llevaba sobre su cuello, y sostuvo el dije con las yemas aún enguantadas. Su talismán de la suerte, su consuelo, su esperanza.

—Moriré pronto. —Dijo, finalmente, en un tono demasiado sereno para ser una noticia así. —Hay... Un veneno en mi cuerpo

—Como siempre Robandole el valor a una Buena platica, algun dia dejaras de ser tan salvaje? —

volvió a bromear mientras con tranquilidad se quitaba los broches de su capa para dejarla a un lado, acto seguido desajusto sus guantes y libero sus manos para tomar algunas verduras y carnes de lo que parecía una cesta y con tranquilidad comenzó a cocinar para el, aunque un pequeño punzón en el cuerpo le decía que algo no andaba bien, y la curiosidad no le dejo continuar, asi que mirando de reojo solo suspiro y dijo de forma tranquila

— Que es lo que Te ocurre, has bajado mas esa cabeza en este día que en toda la vida que te conozco, y vaya que antes nunca lo hacías —

Había entreabrierto los ojos. La idea de volver a Camelot y verle... Hizo que su corazón se encogiera dolorosamente. Sin embargo, su respeto y afecto por el caballero del sol permanecían en él a pesar del tiempo y de todo lo que habían pasado... ¿Cómo podía decirle que su tiempo estaba contado?

—Te seguiré hasta donde lleguen mis fuerzas, Gawain. —Sonrió, un poco contagiado por su risa, a pesar de su energía. —Hace un buen tiempo que no bebo alcohol, si acaso te dejaría solo para huir de ti mismo. A estas alturas es lo único que podría hacerme alejar con prisa...

Tomó aire profundamente, casi como un suspiro, pero era claro que solamente le faltaba. Su mano permanecía en su propio peto.

—A todo esto, me has prometido comida. Mi desvío me ha costado caro, y hasta hace poco sobreviví con té y galletas que la gente me ofrecía al pasar.

Pie un poco ante su comentario y mira el hacha vieja y desdeñada por el tiempo, una reliquia mística que mas que un don pareciera la maldición mas pesada que alguna vez a cargado, con un poco de incertidumbre se acerca a el y con suavidad pone una mano en su hombro.

—Lo dices porque quieres deshacerte de mi verdad?, quieres ponerme en un lugar donde sabes que no podre volver a salir y luego irte de borracho salvaje como siempre —

Bromeo levemente mientras reía como antes, su pesada faz se había desvanecido y daba paso a unos segundos de luz que apenas recordaba en su mente.

— No se si voy a Volver... pero si lo hago, no quiero ir solo, no quiero enfrentar un destino que no he pedido, y menos si no cuento con la fuerza de la gente que has estado siempre a mi lado... —

dudo un momento ante su propio comentario que, para variar, era mas honesto de lo que el hubiera deseado, pero luego mirando la corta oportunidad que había abierto solo suspiro y dijo.

—Ven conmigo

—No creo que no estés listo para gobernar. Tienes la experiencia y la sabiduría ganada con el tiempo, conoces a la gente del pueblo tras haber estado en contacto con ella, conoces las necesidades de primera mano... —Se había llevado la mano sobre el propio rostro, tocándose la sien con la palma. —Quizá solo temes al cambio.

Lo notó delante suyo, pero no le miró, era peligroso en ese momento, sin tener conocimiento de sus secuelas o consecuencias. Se limitó a inclinar un poco la cabeza, mientras bajaba la mano sobre el peto propio.

—No debes temer a tu destino, por el contrario, debes enfrentarlo con la valentía que te caracteriza, y con las nuevas habilidades que ahora posees.