- Tomo con las riendas del cabello y luego la capa del pelirrojo y con fuerza comenzó a tirar de ellos-
Maldición, lo sabia, vamos, creo que ya te golpeare dentro del fuerte, necesitamos llegar antes de que la ventisca nos caiga
- cada paso que daba hundía sus botas en la nieve, pero la desesperación de todo el momento le hacia ir mucho mas rápido, buscando llegar al resguardo lo antes posible; a sus espaldas la nieve comenzaba a volverse mas y mas pesada, hasta que como si se tratara de la noche el frió comenzó a calar los huesos, justo entrando aventó el cuerpo de Tristan y luego su cabello, mientras que usando sus 2 manos toma la puerta con su súbita fuerza golpeándola al cerrarla, casi sellándola - vamos al fuego - tiembla de frió-
—Guardó silencio en toda aquella marejada de palabras y emociones por las que estaba pasando su compañero, aprovechando ese instante para soltar la rienda de su caballo así como recobrar el aire que le sacó con aquel abrazo.—
Estaba en mi camino. —Exclamó, mientras se incorporaba con su ayuda; ya ni siquiera llevaba la capucha sobre la cabeza, por lo que su cabello rojo ondeaba con la brisa fría.— Y, estaba preocupado. Pero creo que será conveniente que conversemos en los adentros de la fortaleza, se aproxima una tormenta...
- con fuerza antes de que terminara de decir la frase taponeo su boca con desesperacion, solo con oir lo ultimo su faz cambio de ira a preocupación, nadie sabia eso mas que 2 personas, no podía ser el enemigo, era el, Tristan estaba ahi y el estaba ahorcándolo...
se sintió un completo imbécil y solo termino por liberar su cuello de forma rápida y destapo sus labios mirandole a los ojos para luego sin mas darle un abrazo tan fuerte que pareciera querer fundirse con el, un sollozo lento salieron de sus labios mientras cerraba sus ojos con fuerza aguaitando como pudo alguna lagrima que pensaba escaparse-
estas aquí... maldito salvaje idiota, has venido hasta aqui ...
-Después de decir eso volvió a levantar su cuerpo y fingió golpear su pecho-
PERO POR TODAS LAS SILLAS DE LA MESA REDONDA QUE HACES AQUÍ!!
- la molestia volvió a su rostro y sin mas se bajo de aquel larguirucho cuerpo y trato de ayudarlo a levantarse-
—La nieve le incapacitó totalmente de huir de sus manos, por lo que quedó colgando de estás aunque aún sin sacar los pies de la nieve, alzando también las riendas del caballo. En respuesta, el corcel relinchó, pues era demasiado consciente de su deber con su amo.— Gawain... No estuve en Camelot... Desde hace tiempo. —Posó las manos en sus muñecas, aunque sabía que poco podía hacer contra su fuerza.— Cabalgué hasta aquí... Buscándote... ¡Soy inmune a la magia, tonto! ¡Por la pócima en la que estoy envuelto...! —Optó por dejar de forcejear, e inclinó la cabeza hacia delante.— Solo tu y el rey saben que soy mujer...
- cuando el pelirrojo alto alzo sus manos el caballero lanzo su espada hacia el frente para bloquear por un segundo su visión, para solo ver como el rubio con toda intención uso sus pierna lanzándose de cuerpo en forma rápida hacia el frente usando todo su impulso para proyectarse en un salto inhumano, casi cayendo sobre pecho del varón y tomándolo del cuello con una velocidad y Fuerza temeraria- Quien diablos eres y porque has tomado la forma de Tristan!, crees que soy imbécil, que clase de hechizo es? no voy a creerlo con mis ojos, Tristan esta mas allá de Camelot, tu solo quieres confundirme!!, crees que voy a pensar que lo que mas deseo pase ahora?, esto no es una casualidad!, malditos brujos! - gritaba mientras golpeaba contra la nieve de forma incrédula, en su mente todos los designios del mal apostaban para vencerlo usando a la única persona por la cual sentía una debilidad-
—Una sonrisa había escapado de sus labios. El frío se hacía un tanto más intenso, y la nieve fue lo único que evitó que corriera en su dirección; alzó ambas manos enguantadas, llevando la correa del caballo sobre la izquierda, mostrándole que no tenía intención de atacar, a pesar de que ya su arco y las dos espadas que colgaban de su cinturón bajo la capa resaltaban.—
Normalmente me llenaría de un gusto salvaje el verte en esa posición, tan agresiva, sabes cuánto lo disfruto... Pero, amigo mío, debo serte franco... Te ves horrible.
- el viento lanzaba su Rugido como león blanco y sin piedad, haciendo insoportable el caminar hacia aquel hombre que en lejanía parecía tranquilo, en cuanto estuvo a rango de tiro supo que podía poner su vida en peligro así que el joven dorado levantó sin mas su espada y puso su cuerpo a media guardia dejando todo su ser oculto tras la hoja de su magnífica espada, mientras gritaba - Si venis a reñir que sepas que no voy a dudar en mi espada blandir, si buscais la protección de un leño y el refugio de un techo, proto pues caminad, que tu rostro oculto va y tus manos no dejas ver y eso me hace sospechar...
—Lo primero que pudo contemplar fue que, de hecho, el lugar no parecía dar el refugio necesario para el clima que acontecía... Y entonces cayó en cuenta de lo extraño que era que en esa época del año hubiese tormentas así, en ese lugar. Sin embargo, apenas tuvo oportunidad de cavilar al respecto, pues notaba que, entre la gente que entraba apresurada al atalaya, uno estaba saliendo, quizá no tan aturdido por el frío que hacía. Por el contrario, decidió acercarse de forma pacífica, no quería tener problemas si no era necesario... A pesar de que el clima no le afectaba tanto, sería difícil escapar o combatir en un lugar así.—
No se miraba su rostro pero era obvio por el gran porte y su paso lento que venía armado de alguna forma, un enemigo en el frío? Una amenaza más a tan peligroso momento?, el caballero del sol no Dudo ni un segundo en tomar sus pieles de abrigo y salida al encuentro de este, tomando su arma entre sus dedos y caminando cada paso como si fuera el último-
