—Lo primero que pudo contemplar fue que, de hecho, el lugar no parecía dar el refugio necesario para el clima que acontecía... Y entonces cayó en cuenta de lo extraño que era que en esa época del año hubiese tormentas así, en ese lugar. Sin embargo, apenas tuvo oportunidad de cavilar al respecto, pues notaba que, entre la gente que entraba apresurada al atalaya, uno estaba saliendo, quizá no tan aturdido por el frío que hacía. Por el contrario, decidió acercarse de forma pacífica, no quería tener problemas si no era necesario... A pesar de que el clima no le afectaba tanto, sería difícil escapar o combatir en un lugar así.—